Conocer su valor y darle lo que se merece

La inocencia es la característica fundamental del período que va desde el nacimiento hasta la adolescencia. Todo niño es inocente. Por este motivo, el niño no es responsable de su error y no tiene responsabilidad penal. Una vez que el niño se vuelve diferente y distinto (la capacidad de notar y ser responsable: la capacidad de distinguir el bien del mal y la curva directamente, de ver y elegir) con el crecimiento de la edad, el niño se vuelve responsable.

Desde la adolescencia hasta la mediana edad: Se debe cuidar de valorar y hacer justicia a la juventud, a la salud biológica/espiritual y al tiempo libre en la parte de la vida que dura hasta los 100 años. Durante este período, los seres humanos realizan esfuerzos individuales para mejorar su calidad de vida: completar su educación y obtener un diploma/profesión, iniciar un negocio, ganarse la vida ganando dinero, formar una familia casándose, continuar su generación teniendo hijos, ser propietario de una propiedad comprando una casa/coche/tienda... para ser. Todas estas actividades son las bellezas de la vida mundana. Mientras que algunas personas alcanzan la satisfacción en poco tiempo, otras son insaciables y acumulan y acumulan a lo largo de su vida. Al final de este período, comienza una ansiedad en el mundo interior de la persona y comienza a buscar otros nuevos.

La mediana edad es el momento de apreciar los bienes existentes y darles lo que les corresponde. Comienza el paso de la individualidad al ser un ser social. Una persona intenta ser beneficiosa para la sociedad compartiendo sus bienes (material, conocimiento, experiencia, poder, etc.) con las personas: asuntos asociativos-fundacionales, política, proyectos sociales, involucrándose en grupos de diferentes campos... La prioridad es no sus propios intereses, sino los intereses de la sociedad. “El placer de enriquecerse dando” distrae a la persona de su ansiedad interior. Este estado de bienestar también es temporal.

A medida que envejecemos, nos viene a la mente la muerte, que se ha mantenido en secreto durante años. Para apreciar la vida y darle lo que le corresponde, se hacen preparativos para la verdad absoluta. La vida mundana es temporal, es un campo de pruebas. Con años de experiencia, una persona recurre al campo espiritual. Busca una solución a su ansiedad interior siguiendo lo que ha aprendido en su pasado: algunos se convierten en "sabios que vendieron sus Ferrari", otros se retiran bajo las alas del budismo en Nepal, algunos se convierten en sufíes, otros organizan sus vidas como una mezquita. /iglesia/sinagoga comunidad a su manera.

Algunas personas tardan años en adquirir la habilidad de conocer su valor y dar lo que les corresponde, mientras que otras lo hacen en poco tiempo. A veces el que madruga se pone en camino lir. A veces, el que cae en el camino, luego pasa al que está en el camino. Sólo Dios sabe quién es qué.

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