Tumores orbitales

Llamamos a la estructura que conforma todas las estructuras que rodean la órbita del ojo. Los tumores que constan de todos estos tejidos se pueden observar en la órbita, que consta de tejido muscular, vascular, nervioso, adiposo y óseo.

Los tumores orbitarios pueden ser benignos o malignos, es decir, un tumor maligno con naturaleza de cáncer.

El marco orbital tiene una estructura ósea fuera de la abertura frontal. Los tumores que se originan en las estructuras que forman la órbita crean un cierto volumen. Dado que la órbita no puede expandirse debido a la estructura ósea, los tumores empujan el ojo hacia adelante desde el frente abierto de la órbita. El ojo parece sobresalir hacia adelante en el lado donde se encuentra el tumor. La protuberancia del ojo hacia adelante es fácilmente evidente desde el exterior.

Sin embargo, es posible que la protrusión del ojo hacia adelante no siempre sea obvia. En este caso, quejas como dolor detrás del ojo, dolor de cabeza, limitación de los movimientos oculares y visión doble pueden hacernos pensar que puede haber un tumor en la órbita.

Dado que la órbita es un área cerrada, es posible que no podamos ver los tumores aquí con nuestros ojos o instrumentos de examen ocular. En este caso, necesitamos tomar películas como resonancia magnética y tomografía computarizada para determinar si hay un tumor en la órbita del ojo.

En estas imágenes especiales de rayos X o resonancia magnética se puede determinar la localización del tumor, su forma, dimensiones, su relación con el ojo y el nervio óptico, si es quístico o sólido, y sus características de vascularización. determinado.

Estas imágenes también nos dan una idea de si el tumor es benigno o maligno.

El diagnóstico definitivo de los tumores orbitarios sólo puede realizarse mediante la extirpación quirúrgica del tumor o una biopsia.

La mayoría de las veces extirpamos tumores orbitarios de forma completamente quirúrgica. De esta forma podremos tanto realizar un correcto diagnóstico como tratar la lesión.

En algunos casos, si el tumor es canceroso, es posible que se requieran tratamientos adicionales, como quimioterapia o radioterapia.

En los tumores orbitarios, el 90% de los tumores se pueden alcanzar fácilmente con un abordaje desde el rabillo del ojo y se puede aplicar tratamiento quirúrgico.

Lo importante es el diagnóstico correcto y la aplicación de enfoques de tratamiento adecuados.


 

Nota: este artículo fue escrito con fines de información general. No puede utilizarse como diagnóstico o recomendación de tratamiento. Puede obtener recomendaciones sobre su condición de parte nuestra o de su propio médico cuando se realice el examen.

 

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