Los padres que se preocupan por las emociones de sus hijos, muestran interés y conocen las emociones de sus hijos se denominan "Entrenadores emocionales". Los padres coach emocionales guían a sus hijos sobre qué hacer y cómo luchar contra los altibajos de la vida.
No objetan ni se oponen a las emociones negativas de sus hijos como la ira, la tristeza, el miedo, el resentimiento. No prefieren no ver a sus hijos. Más bien, aceptan las emociones negativas que sienten sus hijos como una realidad de la vida. Y luego, ven el momento en que experimentan estos sentimientos como una "oportunidad" y lo aprovechan para hablar de este sentimiento con sus hijos, para estar con ellos y guiarlos sobre cómo afrontar este sentimiento.
Las investigaciones muestran que: los momentos en que los niños están tristes o enojados, son los momentos en los que más necesitan a sus padres. La capacidad de los niños para afrontar sus emociones negativas puede ser limitada y puede variar de uno a otro. Los padres que no logran proporcionar inteligencia emocional a sus hijos se dividen en tres grupos:
Los padres que no tienen en cuenta las emociones ignoran las emociones negativas de los niños o las consideran sin importancia.
Emociones Los padres que desaprueban critican a los niños que expresan emociones negativas y, a veces, los regañan o castigan por sus expresiones emocionales.
Padres que no interfieren con las emociones y son demasiado tolerantes, aceptan y empatizan con las emociones de los niños. Pero son insuficientes para guiar o limitar la conducta.
En resumen, los padres se dividen en dos grupos: padres entrenadores emocionales y padres que no pueden entrenar. Entonces, ¿cómo se implementará el coaching emocional?
El proceso de coaching emocional se puede considerar en cinco etapas. Padres:
Reconocer la emoción del niño.
Ver la emoción como una oportunidad para acercarse y enseñar.
Escucha con empatía y confirma la validez de las emociones.
Ayuda al niño a encontrar las palabras adecuadas para nombrar la emoción. p>
Mientras ayudaba al niño a resolver el problema, también Establece límites.
Cuando analizamos los efectos del coaching emocional; Los niños que reciben orientación frecuente sobre sus emociones son más saludables y exitosos (que aquellos que no la reciben). Sus relaciones con sus amigos son mejores, muestran comportamientos menos problemáticos y se involucran menos en actos de violencia. Experimentan menos emociones negativas que positivas y viven como personas emocionalmente más sanas.
Cuando las etapas del coaching emocional se llevan a cabo con regularidad, los padres y los niños se acostumbran y se vuelven competentes en poco tiempo. Reconocen las emociones más fácilmente y están más dispuestos a expresarlas. Mientras intentan resolver sus problemas, los niños comienzan a darse cuenta de los beneficios de recibir ayuda de un entrenador emocional. Cuando tienen problemas, pueden buscar un entrenador emocional. Pero claro, el coaching emocional no significa que siempre estaremos en aguas tranquilas. Nos encontramos con algunas dificultades y obstáculos, y hay momentos en los que intentamos estar en contacto con las emociones del niño y no podemos recibir ninguna señal de él. Pronto hablaré sobre los métodos que podemos utilizar en tiempos de congestión.
La mayor responsabilidad de los padres; Escuchar al niño se define como escuchar no sólo las palabras del niño sino también los sentimientos detrás de las palabras. ¿Cómo escuchas a tu hijo?
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