La bulimia nerviosa es un trastorno alimentario en el que se consume más cantidad de comida de la que normalmente se puede consumir en poco tiempo y luego se exhibe una conducta compensatoria (DSM-5, 2013). El hábito alimentario comienza con un ataque y es inconsciente e imparable (DSM-5, 2013). Durante un ataque alimentario, los pacientes actúan como si se estuvieran ahogando y comiendo en exceso, y el paciente se avergüenza del ataque, por lo que siente la necesidad de comer en lugares más secretos (Öztürk & Uluşahin, 2014). Los pacientes pretenden deshacerse de estas calorías comiendo en un ambiente en el que están solos, consumiendo alimentos escondiéndose, sin poder parar aunque saben que deben parar, comiendo los alimentos como un ataque y luego usando laxantes, vomitando, y hacer ejercicio excesivo (Öztürk & Uluşahin, 2014). Para el diagnóstico es necesaria la observación de conductas compensatorias como vómitos, ayuno, recurso a diferentes fármacos y consumo continuado de fármacos durante los tres meses, siempre que se produzcan al menos una vez por semana (DSM-5, 2013). Incluso si la persona no quiere comer la comida, no puede ayudarse a sí misma y la higiene y apariencia de la comida no es importante, pudiendo incluso el paciente vomitar lo que comió y seguir comiendo (Öztürk & Uluşahin, 2014). Una vez finalizado el ataque, la persona está disgustada consigo misma y, en ocasiones, puede desarrollar pánico por no poder encontrar comida ni bebida y puede necesitar esconder su comida (Öztürk & Uluşahin, 2014). Considerado fundamentalmente, es la incapacidad de detener el comportamiento compulsivo y el posterior esfuerzo por deshacerse de él (Öztürk & Uluşahin, 2014). Aunque no se pueden obtener resultados tras dietas de larga duración, se puede producir bulimia y la persona es propensa a la depresión (Ercan, 2014). Sin embargo, no muestra los síntomas que se diagnosticarían como AN, y si hay una reacción ambiental tras el ataque compulsivo, se observa una conducta de autocierre y de comer solo (Ercan, 2014). Los momentos de ataque duran en promedio 1-2 horas y se deben a vómitos; Se observan caries en las funciones del esmalte dental y cambios óseos en la mano y la espalda (Ercan, 2014). La evolución del peso es fluctuante, algunos de los casos vomitan y algunos muestran un comportamiento de uso de laxantes (Ercan, 2014). Se produce una disminución de la sensación de saciedad, aparecen conductas compensatorias con arrepentimiento tras el ataque (Ercan, 2014). Dolor abdominal en los casos que muestran conducta de remoción. , se pueden encontrar lesiones esofágicas, erosión del esmalte dental, agrandamiento de la parótida y enfermedades cardíacas (Ercan, 2014). Según la frecuencia de la conducta comprometedora; niveles leves, moderados, graves y extremos (Öztürk & Uluşahin, 2014). Fisiológicamente, la enfermedad no se entiende físicamente, se ve que están en el peso esperado y en ocasiones incluso por encima del peso esperado (Öztürk & Uluşahin, 2014). En la mayoría de las pacientes femeninas se observa alteración del ciclo menstrual o incapacidad para menstruar, y según los estudios realizados se ha detectado una disminución significativa de los niveles hormonales de LH (Öztürk y Uluşahin, 2014). Cuando se examinaron las imágenes del cerebro, se determinó que había una sustancia gris y blanca hueca, contracción en la estructura del cerebro y agrandamiento ventricular (Öztürk y Uluşahin, 2014). La incidencia en mujeres es generalmente 10 veces mayor que la de hombres en todas las sociedades, y el grupo con mayor incidencia en estos casos femeninos son las estudiantes universitarias (Öztürk y Uluşahin, 2014). La negación está al frente de la enfermedad que se extiende durante un largo período de tiempo, y el paciente no la acepta, experimenta ataques de vez en cuando, puede desencadenar otras enfermedades patológicas, llevar al tabaquismo, al consumo de alcohol y sustancias, y en tales casos, se observa depresión (Öztürk y Uluşahin, 2014). Aunque no se ha determinado cómo se desencadena la bulimia nerviosa y la causa de su aparición, algunos expertos sostienen que puede tratarse de una depresión atípica recurrente (Öztürk & Uluşahin, 2014). Una de las hipótesis planteadas es que el hipotálamo en la estructura del cerebro no podría mantener el equilibrio entre el hambre y la saciedad. También hay quienes sufren dolencias como consecuencia de una agresión sexual o de encontrarse con una situación traumática (Öztürk & Uluşahin, 2014). En muchos casos, se experimentan flashbacks durante el tratamiento y existen tratamientos farmacológicos y de psicoterapia (Öztürk & Uluşahin, 2014).
Según la terapia cognitivo conductual, el factor que afecta a nuestro comportamiento son los pensamientos (Özcan y Çelik, 2017). Toma sus fundamentos teóricos de la psicología cognitiva y del aprendizaje, la resolución de problemas. montaña (Özcan y Çelik, 2017). Se centra en los pensamientos y comportamientos reflejados de la persona que incluye el entorno social y el curso de desarrollo (Özcan & Çelik, 2017). El método de tratamiento, el conductismo, fue propuesto por los teóricos cognitivos Ellis y Beck en 1970, cuyo condicionamiento clásico Pavlov formó la base en la década de 1960 (Özcan y Çelik, 2017). Beck comenzó a aplicarlo para aliviar los problemas del paciente, para Beck la comprensión de los acontecimientos es multifactorial (Öztürk & Uluşahin, 2014). Pone la emoción en cuatro bases; tristeza, ansiedad, alegría e ira (Öztürk & Uluşahin, 2014). Las enfermedades que él ve como una reacción patológica son causadas por el deterioro de cuatro emociones; para él, los trastornos psicológicos son la confusión de emociones en la ansiedad de un individuo por el futuro (Öztürk & Uluşahin, 2014). Tiene esquemas cognitivos que crea, y los esquemas de la teoría comienzan a formarse en la infancia, y las personas no son conscientes de los esquemas y los enfrentan mientras experimentan eventos (Öztürk & Uluşahin, 2014). La TCC consta de tres fases; la etapa inicial es la primera etapa y se determinan los síntomas del paciente, el proceso de terapia se comparte con el paciente, se determinan los estados cognitivos y emocionales del paciente, luego la etapa intermedia es la segunda etapa, comienza el proceso de tratamiento para reducir los síntomas del paciente , se observa al paciente (Özcan y Çelik, 2017). Se prepara el caso contra la repetición y la repetición, es la tercera etapa, se reducen las entrevistas y se pasa la responsabilidad al paciente, se pueden agregar sesiones adicionales (Özcan & Çelik, 2017). En el método de terapia, el terapeuta es activo con el caso e intenta establecer una relación positiva, con el objetivo de que el caso se dé cuenta de las negatividades (Öztürk & Uluşahin, 2014). Se intenta brindar una mirada desde diferentes perspectivas, se toman historias de la infancia para que se intenten comprender las formaciones esquemáticas de la persona (Öztürk & Uluşahin, 2014). Se descansa la vida cotidiana, se toman determinaciones sobre los puntos que le gustan y los que no le gustan, se empieza a dar tarea al caso y se estudian generalizaciones (Öztürk & Uluşahin, 2014). Dedicar tiempo a los deberes en pacientes ambulatorios Las entrevistas se realizan una o dos veces por semana a los pacientes encamados casi todos los días (Özcan & Çelik, 2017). El método más utilizado en la TCC es la tarea, si bien el objetivo aquí es comprender el estilo de vida del caso al principio y reconocerlo, se espera que afecte la vida de la persona y afecte su vida diaria en los días siguientes (Soylu & Topaloğlu, 2015). En los deberes, el paciente observa su propio estado; Se puede observar el curso de la actividad, notar pensamientos en la vida diaria y confrontación con uno mismo (Soylu & Topaloğlu, 2015). Es un método de terapia positiva, si el paciente cumple con sus deberes como lo requiere la recuperación es más rápida que aquellos que no lo hacen (Soylu & Topaloğlu, 2015).
En el momento del tratamiento de la bulimia, primero se debe apuntar a cambiar las conductas compensatorias, los hábitos alimentarios anormales y la percepción de la imagen corporal del paciente (Erol y Yazıcı, 1999). En primer lugar, la relación terapeuta-paciente debe ser positiva y se debe concienciar al paciente (Erol y Yazıcı, 1999). En el punto de tratamiento, la atención se centra en el presente y el futuro, y el curso del tratamiento de la enfermedad debe explicarse al caso al principio (Erol y Yazıcı, 1999). El punto de tratamiento actual y orientado al futuro es semiestructurado, puede requerir hasta 20 entrevistas y durar hasta 6 meses (Maner y Aydın, 2007). La planificación cognitiva de la persona tiene como objetivo ganar conciencia sobre puntos relacionados con uno mismo en la tarea asignada (Maner y Aydın, 2007). Se explica al paciente la situación entre la alimentación y el trastorno, se obtiene información de los pacientes sobre el momento del ataque y se lleva un registro (Erol y Yazıcı, 1999). Luego viene el enfoque cognitivo; Se desarrollan métodos alternativos de afrontamiento para resistir los atracones y poner fin a las dietas compulsivas (Erol y Yazıcı, 1999). Ejemplos de tareas dadas; Posponer al máximo la conducta de vomitar y anotar el desarrollo de este proceso, anotando el momento en el que tiene este pensamiento, en qué sujetos se comporta como un perfeccionista en su entorno social y la tendencia a obtener aprobación. en su entorno social, qué siente tras producirse el ataque de atracón y en qué situaciones se produce este ataque. A los pacientes con bulimia se les asignan deberes, como establecer un horario de alimentación diario, anotar el deseo de comer o eliminar los cambios de humor, y se intenta concienciarlos (Okumuş, et al., 2018). Se pide que el caso se centre en el evento para evaluar los momentos de ataque, el peso y la postura corporal, y cambiar la mentalidad (Erol & Yazıcı, 1999). Cuando se gana conciencia, el objetivo es mantener el estado de bienestar y prevenir ataques (Erol y Yazıcı, 1999). Se llevan a cabo estudios para evitar que se repita cuando el aumento de peso y los hábitos alimentarios se normalicen en el transcurso posterior (Okumuş, et al., 2018). Este método terapéutico es al menos tan eficaz como los fármacos, y si el paciente sigue el curso determinado por el terapeuta, se observan cambios en el peso, la actitud y la apariencia física (Erol y Yazıcı, 1999).
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