La depresión, junto con las enfermedades cardíacas, es una de las enfermedades que más afecta la calidad de vida y la funcionalidad en el mundo. En primer lugar, cabe destacar que la depresión es una enfermedad médica, al igual que la presión arterial, la diabetes y otras enfermedades biológicas. En esta enfermedad, la persona se vuelve incapaz de disfrutar de las cosas que antes disfrutaba; Hay depresión, infelicidad y desgana, lo que llamamos estado de ánimo depresivo. Al mismo tiempo, la persona se siente cansada y débil; Se observan trastornos del sueño, disminución o aumento del apetito, problemas de atención y memoria, sentimientos de desesperanza, pesimismo y pensamientos de inutilidad. Sin embargo, la infelicidad o tristeza que se siente de vez en cuando no debe confundirse con la depresión. Por ello, es importante realizar un diagnóstico correcto.
Existen diferentes tipos de depresión. Entre estas, podemos enumerar la depresión mayor, la distimia, la depresión posparto, la depresión atípica y la depresión psicótica. La prevalencia de la depresión mayor en la sociedad ronda el 3-5%. La depresión es dos veces más común en mujeres que en hombres.
La depresión es una enfermedad biológica y requiere tratamiento porque reduce la calidad de vida y reduce la funcionalidad. En personas que no buscan tratamiento, la enfermedad puede durar de 6 a 24 meses. Sin embargo, con tratamiento, este período se puede reducir a unas pocas semanas o meses. Con las condiciones de tratamiento actuales, se logra un éxito del 80-90%. Además, el riesgo de recurrencia de la depresión disminuye en las personas que reciben tratamiento.
En el tratamiento de la depresión, se recomienda principalmente planificar conjuntamente la medicación y la psicoterapia. Sin embargo, el aumento del apoyo social y la planificación de actividades contribuyen a la recuperación de la depresión. En la depresión leve, la psicoterapia sola puede ser suficiente, pero en la depresión moderada y grave se debe iniciar un tratamiento farmacológico. La planificación del tratamiento se puede organizar según las preferencias y condiciones de la persona. Por ejemplo, las personas que no tienen condiciones adecuadas para la psicoterapia o que no la aceptan pueden continuar con el tratamiento únicamente con medicamentos, o las personas que rechazan el uso de drogas pueden continuar con la psicoterapia únicamente. Sin embargo, no hay que olvidar que la medicación, la psicoterapia y el apoyo social aumentan el éxito del tratamiento. La posibilidad de recurrencia de la depresión se puede reducir desarrollando mecanismos de afrontamiento con psicoterapia.
Es consciente de que la situación actual es la depresión. En los casos en los que no se proporciona tratamiento (lo que se denomina depresión enmascarada) o se rechaza el tratamiento, la enfermedad puede agravarse y desarrollarse resistencia al tratamiento.
Los pensamientos y planes suicidas se pueden observar en la depresión. Se informa que la tasa de suicidio es del 15%. Las personas que tienen pensamientos suicidas graves, hacen planes de suicidio y tienen antecedentes de intentos de suicidio en sí mismos o en su familia definitivamente deben buscar tratamiento o dejarse guiar por sus familiares. Generalmente, la depresión se puede tratar de forma ambulatoria, pero la depresión grave con intensos pensamientos suicidas requiere hospitalización.
Cuando a las personas que solicitan ingreso en nuestro hospital se les diagnostica depresión como resultado de un examen, se pueden realizar pruebas bioquímicas y psicométricas cuando sea necesario para comprender las causas de la depresión. Utilizamos tanto medicamentos como psicoterapias en la planificación del tratamiento. Si es necesario, se puede planificar un tratamiento hospitalario en nuestro servicio de internación. Durante la hospitalización, llevamos a cabo actividades de recuperación diarias y reuniones de psicoterapia junto con una estrecha observación y seguimiento.
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