El Análisis Transaccional (AT) o “Enfoque de Análisis Transaccional” es una teoría de la personalidad y la psicoterapia desarrollada por Eric Berne, quien se formó como psicoanalista y psiquiatra freudiano, y sus colegas. Como enfoque humanista, el Análisis Transaccional revela tanto un modelo estructural de personalidad como un modelo de comportamiento funcional. Eric Berne, que pensaba que el psicoanálisis consumía mucho tiempo, era complejo y débil a la hora de comunicarse con los clientes, se alejó del psicoanálisis y se concentró en la teoría del AT para realizar cambios significativos en las vidas de sus clientes.
El desarrollo histórico de la AT se puede discutir en cuatro etapas. La primera fase comenzó con la definición de Bern de los estados del yo (padre, adulto, niño), que proporcionan una perspectiva explicativa sobre el pensamiento, el sentimiento y el comportamiento. Berne decidió estudiar la personalidad observando aquí y ahora fenómenos como la voz, los gestos y las palabras del cliente. Eric Berne pensó que estos criterios observables proporcionaban una base para sacar conclusiones sobre la historia pasada de un individuo y predecir problemas futuros. La segunda fase se centra en transacciones y juegos. Durante esta segunda fase, TA se hizo popular por sus conceptos comprensibles y porque la gente podía reconocer sus propios juegos. La asistencia técnica se ha visto principalmente como un enfoque cognitivo, ya que en esta etapa se presta poca atención a las emociones. En la tercera etapa, TA centró su atención en el destino de la vida y el análisis del destino. La cuarta fase, que abarca el período desde 1970 hasta la actualidad, se caracteriza por la inclusión en la AT de técnicas que también son evidentes en la terapia Gestalt, la terapia de grupo y el psicodrama. En este proceso, TA intentó equilibrar su énfasis inicial en los factores cognitivos y el insight moviéndose más activamente y hacia estructuras emocionales.
Basado en una visión del mundo antideterminista, TA se centra en la capacidad humana de ir más allá de lo Común y elige nuevas metas y comportamientos. Acepta sus creencias. Sin embargo, esto no significa que estemos libres de la influencia de las fuerzas sociales. TA también reconoce que estamos influenciados por las demandas y expectativas de personas importantes que nos rodean. Esta influencia es especialmente evidente en el entorno ambiental de los individuos. Se manifiesta en las decisiones que se toman en la primera infancia, cuando la persona está más apegada a las personas que le rodean. Según TA, tomamos decisiones en algunos momentos de la vida, tanto física como psicológicamente, para poder sobrevivir. Sin embargo, estas primeras decisiones pueden revisarse y cuestionarse, y pueden reemplazarse por otras nuevas si ya no sirven.
Según Stewart (2000), los supuestos filosóficos de TA se pueden resumir en tres afirmaciones:
1. Todas las personas son buenas. Todo el mundo tiene valor y dignidad. En primer lugar, esta situación es una expresión de existencia más que un comportamiento. Todos son valiosos sin importar lo que hagan o quiénes sean. Creer que todas las personas son iguales no significa tratar a todos por igual, sino aceptar la existencia de todos. Como seres humanos, nadie es ni mejor ni peor que los demás, simplemente son diferentes. A pesar de estas diferencias, todas las personas están BIEN.
2. Todo el mundo tiene la capacidad de pensar. Todas las personas sin daños cerebrales importantes tienen la capacidad de percibir cambios en su entorno y en ellos mismos. Todos los problemas psicológicos pueden ser resueltos por el propio individuo con el enfoque adecuado y cuando se le proporciona la información necesaria.
3. Cada uno decide su propio destino y estas decisiones pueden cambiarse más adelante. El entorno y las personas en las que nos encontramos pueden tener un mayor o menor efecto sobre nosotros. Pero sean cuales sean las circunstancias, nosotros decidimos cómo reaccionar.
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