No mucho, en la infancia de mi generación había pobreza en cuestiones materiales en comparación con la actualidad. Servir chocolates a los invitados, ver "Black Lightning" en la televisión en blanco y negro, correr por el campo hasta la noche tras una pelota suelta, tratar de plancharse con tapas de refresco y semillas de albaricoque, no poder dormir hasta la mañana porque de la alegría de los zapatos nuevos comprados durante las vacaciones, los zapatos de plástico ordinarios comprados en el mercado, mirar de cerca el automóvil construido, atar una cuerda a la caja de delicias turcas vacía y tirar de ella como si fuera un automóvil, y muchos otros detalles simples. Fueron un lujo para nosotros y quedamos felices. Los huevos eran demasiado valiosos para venderlos por cajas y se comían con gran apetito el día que estaban en la mesa. Si uno se rebelara un poco contra la pobreza material, se diría que "la siguiente generación nuestra compraba pan con cartillas de racionamiento, o que nuestros abuelos recogían granos de trigo de la tierra durante la Guerra de la Independencia, hervían trozos de piel seca y Los bebí." Más ostentoso. La obesidad ha aumentado en nuestra sociedad como resultado de comer y beber en abundancia, las vidas y trabajos virtuales han aumentado gracias a la bendición de Internet, las áreas verdes y los campos vacíos han dado paso a casas de lujo y centros comerciales, y el tráfico se ha vuelto inoperable a medida que vehículos unipersonales con muchos asientos llenan las carreteras.< br />
Como resultado, la riqueza aumentó en asuntos materiales y nueva pobreza pasó a primer plano; Nos volvimos pobres en tiempo y emoción. “¡No tengo tiempo para hacer/ir/leer!” Dijimos, y de hecho nuestros lugares de trabajo se convirtieron en nuestros templos, nuestros hogares se convirtieron en nuestros hoteles. Teníamos que trabajar mucho para consumir, teníamos facturas que pagar, deudas de tarjetas de crédito, préstamos usados... Lo que no teníamos era nuestro tiempo y felicidad. Ahora no podemos realizar actividades que no podíamos hacer en el pasado por falta de recursos materiales, por falta de tiempo e incapacidad para disfrutarlas.
Nuestra pobreza de tiempo y emociones dio origen a otros: nos ignoramos a nosotros mismos, perdimos nuestra salud física y espiritual, nuestro compartir con nuestro cónyuge disminuyó, no pudimos ser un buen modelo para nuestros hijos, nuestras relaciones con familiares/vecinos/amigos han desaparecido, nuestras responsabilidades individuales/sociales han desaparecido. convertido en una carga, hemos olvidado nuestras características humanas como sonreír/amar/enamorarse/saludar/preguntar sobre las cosas/quejarse/ayudar/dar gracias/compartir... br />
La expresión "soy infeliz" se ha vuelto tan común que muchos de nosotros hemos empezado a pensar que estamos "socialmente enfermos". ¿Está realmente enferma toda persona que dice "Soy infeliz"?
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