El queratocono es una enfermedad progresiva en la que la capa transparente del ojo, que llamamos córnea, se vuelve gradualmente más delgada y nítida. Por lo general, comienza en la adolescencia y se diagnostica alrededor de los 20 años. Es progresiva entre los 20 y 30 años. La enfermedad se estabiliza después de los 35 años. A menudo se desconoce la causa. La causa conocida más común es el frotamiento intenso de los ojos en personas con enfermedades oculares alérgicas.
Con el cambio en la forma de la córnea, comienzan a ocurrir errores refractivos llamados miopía y astigmatismo. Aunque la graduación de las gafas cambia rápidamente en los pacientes con queratocono, no se puede lograr una agudeza visual de calidad a pesar del cambio de gafas. La visión borrosa, el aumento de la sensibilidad a la luz y los dolores de cabeza causados por la fatiga ocular son otros síntomas que la acompañan con frecuencia. El diagnóstico se confirma con un examen llamado Topografía Corneal (mapa corneal) en centros bien equipados. Este mapa brinda detalles de la refracción, la altura y el grosor-delgadez de la córnea. En pacientes con diagnóstico dudoso, el diagnóstico precoz se orienta con exploraciones de control cada tres meses.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento del queratocono es detener la progresión de la enfermedad en casos progresivos y obtener una visión de calidad. El método de tratamiento más utilizado en casos progresivos es el Cross-linking Corneal (coloquialmente "radioterapia"). En este método, las gotas de riboflavina aplicadas a la córnea interactúan con los rayos ultravioleta A, con el objetivo de fortalecer y aumentar la resistencia entre los enlaces de la córnea.
La agudeza visual se puede aumentar con lentes de contacto específicas para queratocono en pacientes cuya progresión de queratocono se detiene mediante la aplicación de tratamiento de cross-linking corneal o en pacientes no progresivos. Dependiendo de la etapa de la enfermedad, se pueden probar lentes blandos, duros e híbridos. Los implantes de anillos intracorneales pueden preferirse en pacientes que no toleran las lentes de contacto. Los anillos se colocan en la córnea, pueden permanecer de por vida y corregir la miopía de forma limitada. En casos en etapa avanzada, donde se produce una pérdida permanente de la visión debido al desarrollo de una mancha (cicatriz) en el centro de la córnea, se requiere un trasplante de córnea (queratoplastia).
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