Casi todo tipo de relaciones pasan por tiempos turbulentos. Establecer el matrimonio sobre una base que sea menos susceptible a problemas depende de los esfuerzos mutuos de las partes. Los problemas entre cónyuges no deben causar preocupación de que la relación pueda experimentar la correspondiente infelicidad. Una relación estable necesita tiempo. Sin embargo, pensar que los problemas conflictivos se resolverán por sí solos sin llegar al fondo puede crear puntos irreversibles en el matrimonio. Antes de llegar a esta etapa, se deben evaluar todo tipo de oportunidades y recursos a lo largo del tiempo, tanto dentro de la pareja como a la luz del apoyo recibido del exterior.
Para establecer y mantener una relación sana, los cónyuges deben ser consciente de sus deberes. Estas tareas no son sólo la división del trabajo establecida en la vida diaria. Para tener un matrimonio feliz, compartir activamente en cada tema y poder expresar sentimientos y pensamientos se encuentran entre los deberes que desempeñan un papel en el fortalecimiento de los vínculos de los cónyuges. Aunque tales deberes no se expresan de manera muy concreta en la sociedad, las parejas deben aprender estas responsabilidades durante el proceso matrimonial y enseñárselas mutuamente.
Aunque la relación ideal no se considera una relación libre de problemas, sí Está formado por individuos conscientes que han aprendido a superar los problemas que puedan surgir. Estas personas pueden determinar los pasos a seguir para encontrar una solución a la luz de las inferencias que obtienen de sus experiencias. Tienen habilidades comunicativas correctas. Han desarrollado conductas de trabajo conjunto, mostrando solidaridad y comprensión.
Deben sentir y hacer sentir a los demás la flexibilidad de actuar como un todo que se necesita mutuamente cuando sea necesario, y como un individuo independiente de los demás. cuando sea necesario.
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