Discusión y sugerencias en el matrimonio

La teoría psicogenética nos dice que lo que se experimenta, se observa y se modela en el período comprendido entre los primeros 6 y 8 años de edad, en cierto sentido, determina nuestro destino. En otras palabras, el tipo de adulto, padre o cónyuge que serás depende de estas edades. El cerebro inferior o intermedio, que registra este formato, afecta constantemente al cerebro superior, que puede pensar de forma lógica, y las personas, sin saberlo, se pasan la vida con escenarios que han memorizado muy bien. A veces hacemos o elegimos lo mismo que nuestros modelos infantiles y elegimos pareja. A veces moldeamos nuestras vidas para ser opuestos a ellos o para tomar decisiones opuestas.

Cuando miras las discusiones entre parejas a través de esta lente, podemos decir que las diferentes perspectivas adquiridas en el pasado moldean nuestras vidas. peleas hoy. Las perspectivas y creencias de ambos cónyuges del pasado sobre ser mujer, ser hombre, matrimonio, criar hijos y mirar la vida forman la base de los desacuerdos y conflictos de hoy. De hecho, el problema no surge de las diferencias, sino de que cada uno acepte su propio conocimiento como el más correcto. Pongamos algunos ejemplos de estas situaciones, que se vuelven especialmente evidentes bajo estrés.

Un cónyuge razonable y educado cuando está tranquilo puede convertirse en una persona grosera y grosera bajo estrés. Un hombre que creció en un ambiente donde las mujeres eran despreciadas, pero que se define como moderno, siempre puede exigirle a su esposa que se quede un paso atrás o derribarlo bajo estrés.

Alguien que no ha sido testigo suficiente cercanía entre padres que no pueden expresar su amor puede llegar a quererlo mucho cuando sea adulto, sabotear a su cónyuge que se ha vuelto cercano con varias peleas y distanciarse nuevamente.

A El cónyuge que vio a su madre siendo objeto de violencia durante su infancia ha decidido inconscientemente tolerar a su cónyuge en todas las circunstancias, y su cónyuge percibe esta situación como "mi cónyuge no discute conmigo, siempre permanece en silencio" y surgen problemas.

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Estos ejemplos se pueden multiplicar. Lo que hacemos en terapia es hacer que la pareja se dé cuenta de estos pasados ​​diferentes, observar cómo reflexionan sobre el presente y concienciar a la pareja sobre este tema. Sin embargo, las discusiones pueden terminar con una nueva conciencia común. La terapia de pareja parece ser la solución más adecuada para concienciar sobre este tema.

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