Formación del carácter y la identidad

0-6 años de edad es un período muy importante en el desarrollo de un individuo, y este período es el año en el que se experimenta el desarrollo más rápido en términos de desarrollo físico, emocional, mental, del lenguaje y de la personalidad. Los logros del individuo durante estos años forman sus actitudes en años posteriores, y las bases sentadas durante este período continúan desarrollándose. Por esta razón, los padres y otras personas con quienes interactúan socialmente dejan un impacto duradero en la vida del niño.

Hay algunos comportamientos básicos que se deben enseñar al niño durante este período. Por ejemplo, durante este período se deben adquirir conductas positivas de higiene personal, como tender la cama y cepillarse los dientes con regularidad. Para formar personas seguras de sí mismas, independientes, armoniosas y emprendedoras, se debe mostrar al niño amor incondicional, recompensar sus éxitos y evitar estrictamente el castigo corporal.

Para una comunicación eficaz, el niño Se debe escuchar con calma y cuando surja algún problema se le debe hablar de manera lógica y explicable, cuando sea necesario se debe utilizar la persuasión y la privación temporal como métodos disciplinarios. Comportamientos como amenazar, advertir u ofrecer sobornos impiden la comunicación entre el niño y el padre. Las madres opresivas y normativas reducen las capacidades de aprendizaje de los niños y hacen que crezcan temerosos, tímidos y faltos de confianza en sí mismos.

Alrededor de los 2 años, los niños comienzan a desarrollar conciencia de sus propias identidades. Cuando le pedimos al niño que haga algo, o dice que no o nos ignora. Necesita instrucciones breves y claras y una actitud decidida para hacer lo que le dicen. Cuando las instrucciones verbales no son suficientes para que se comporten adecuadamente, es más adecuado acercarse a ellos y establecer contacto visual para indicar seriedad.

Suelen tener problemas para distinguir entre sueños y realidad y perciben sus sueños como reales. Durante este período, los sueños también parecen reales, e incluso los monstruos parecen vivir debajo de la cama. Consideran reales los estímulos aterradores del entorno.

El niño de 3 años tiene un sentido de sí mismo más fuerte y tiende a obedecer sin preocuparse por perder independencia. A un niño de 3 años le gusta seguir las reglas. Apreciar su comportamiento positivo, animarlo en situaciones difíciles y Ser guiado con este enfoque ayuda al niño a cooperar con el adulto.

4 años es la edad del desafío. Cuando se violan los deseos de un niño, él o ella puede hablar groseramente con los adultos y pelear con sus compañeros de juego. Traspasa los límites, desafía la autoridad adulta. Cuando lo provocan, golpea y patea, y cuando no está contento, quiere abandonar el entorno en el que se encuentra. Llora fuerte y sus emociones fluctúan hasta los extremos. Le gusta usar palabras groseras. Un niño de 4 años experimenta conflictos, especialmente con un familiar del mismo sexo. Mentir también es común durante estos períodos.

Un niño de 5 años es más sociable, seguro de sí mismo y armonioso. La madre es el centro del mundo para él. Quiere complacer a su madre, estar con ella, ayudarla. Habla constantemente, hace preguntas para aumentar sus conocimientos y se interesa por el por qué y el para qué de todo.

A los 6 años, el niño intenta expresar sus propios sentimientos y pensamientos y puede actuar de forma perezosa e indecisa. Pero una vez que ha tomado una decisión, no siempre es fácil disuadirlo de su idea. En este período, el juego individual fue reemplazado por el juego grupal. No puede tolerar el fracaso en entornos competitivos. Él necesita ser el primero. En las amistades a veces llama la atención como persona que ordena, discute, intimida o golpea. Desea constantemente que lo tomen en consideración. Es muy sensible a las críticas. Llora fácilmente. Asume algunas responsabilidades, escucha atentamente lo que se dice y no quiere que le culpen ni le critiquen. Reacciona a los castigos que se le imponen. No se deben enfatizar los fracasos de los niños a esta edad, pero sí se deben elogiar sus éxitos.

Ahora sabemos que el niño tiene éxito cuando no se apega a nosotros con una obediencia ciega. Cuando intentamos liberarlo, cuando le damos la oportunidad de pensar diferente y elegir sus propias normas de valores, está preparado para la edad adulta. Las actitudes repelentes de los padres hacen que el niño se sienta inútil. Cuando el niño muestra los comportamientos deseados, el niño apoyado aprende qué comportamientos están aprobados. Este entorno es la base para criar niños seguros de sí mismos.

Ante las condiciones actuales, autogestionario, emprendedor, Es importante criar niños que estén seguros y puedan tomar decisiones por sí mismos y asumir responsabilidades, y mientras se hace todo esto, es fundamental ser natural y establecer una comunicación honesta.

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