Prótesis de Pene inflables de tres piezas; Es un método de tratamiento de última etapa que se aplica a hombres que experimentan Disfunción Eréctil (Problemas de Erección) y que no responden a tratamientos no quirúrgicos, especialmente medicamentos orales. Las prótesis de tres piezas constan de dos cilindros adecuados al tamaño del pene del paciente, una bomba que llena los cilindros con un líquido especial y los endurece, y un depósito donde se almacena el líquido especial. Las tres partes mencionadas están conectadas entre sí mediante conexiones especiales, formando un sistema hidráulico cerrado. Cuando el paciente va a tener relaciones sexuales, el líquido del depósito se envía a los cilindros a través de la bomba y el pene se endurece, y después de las relaciones sexuales, el pene se puede ablandar enviando el líquido de regreso de los cilindros al reservorio.
Con las nuevas tecnologías se aumenta la durabilidad de las prótesis hidráulicas. ; El nivel de disfunciones como fugas de líquido y ruptura del reservorio también puede disminuir.
A excepción de complicaciones importantes que requieren un segundo intento, como infección y falla mecánica; Durante el uso de la prótesis, los procesos de inflado y desinflado, especialmente los realizados mediante bombas, pueden causar serias dificultades a algunos pacientes.
Teniendo en cuenta las dificultades de uso, las empresas han acelerado en los últimos años la búsqueda de prótesis y sistemas alternativos. Como resultado de estudios de I+D; En los Estados Unidos se han realizado estudios en animales y cadáveres de prótesis fabricadas con materiales de níquel-titanio. El material de níquel-titanio es sensible a cambios de temperatura de intervalos bajos; Las prótesis colocadas dentro del pene no requieren bombas ni reservorios; Puede endurecerse o ablandarse por los cambios de temperatura externos.
Otra tecnología alternativa es; Su objetivo es eliminar la necesidad de utilizar una bomba con batería añadida a la estructura de las prótesis de pene existentes y colocada dentro del cuerpo simultáneamente. El objetivo es que las pilas fabricadas de forma similar a los marcapasos utilizados en los trastornos del ritmo cardíaco tengan una vida útil media de 7 a 8 años. Se cree que el control de la batería en cuestión se realizará a través de una aplicación instalada en los 'Smart Phones'.
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