La adolescencia es considerada un período en el que se experimentan diversos cambios y desarrollos físicos. Sin embargo, no solo se producen cambios físicos durante la adolescencia, sino que también el individuo adolescente se prepara para la edad adulta experimentando muchos cambios biológicos, psicológicos, mentales y sociales (Ocakçı, 2015; citado en Özçelik & Şahin, 2016)
La El inicio de la adolescencia está relacionado con el género y difiere entre individuos. Aunque el crecimiento y desarrollo tempranos tienen efectos positivos en la salud mental de los niños, en las niñas puede causar problemas para mantenerse al día con sus pares y tiene efectos como depresión, ansiedad, trastornos alimentarios y baja autoestima (Arıkan et al. 2013; Behrman et al. 2000); Ocakçı, 2015; citado en Özçelik y Şahin, 2016). En el contexto de las relaciones sociales, las habilidades sociales que el adolescente aprende en la infancia le permiten establecer buenas relaciones con las personas que le rodean durante la adolescencia. Por este motivo, son muy importantes las relaciones familiares, las relaciones de amistad y las experiencias escolares del adolescente (Steinberg, 2013; Yavuzer, 2013; citado en Özçelik & Şahin, 2016)
¿Qué son las necesidades emocionales en ¿Adolescencia?
En todas las sociedades del mundo, los individuos que entran en la adolescencia tienen características similares. El entusiasmo y los arrebatos emocionales que observamos en nuestros hijos y que a veces nos afectan bastante, la necesidad de atención, la necesidad de dejarse afectar fácilmente o las relaciones que rápidamente se establecen y se rompen, en realidad se observan en muchos adolescentes (Yavuzer, 2013; citado en Özçelik & Şahin, 2016)
En línea con los efectos antes mencionados, algunas necesidades emocionales emergen con el inicio de la adolescencia. Por ejemplo, cuando llega este período, el adolescente quiere ganar prestigio y estatus. La armonía social que experimenta en sus relaciones con la familia y otras personas garantiza que se satisfaga esta necesidad. Además, pretenden satisfacer su necesidad de asumir responsabilidades y ser independientes con las actividades que realizan con sus pares (Ocakçı, 2015; Yavuzer, 2013; citado en Özçelik & Şahin, 2016). Durante este período, pueden dar más importancia a sus relaciones con sus compañeros y tender a cuestionar los pensamientos de su familia y rebelarse. ideas de sus padres Experimentan sentimientos encontrados entre obedecer a sus padres o ser independientes (Behrman et al., 2000; Ocakçı, 2015; citado en Özçelik & Şahin, 2016).
Cuando llegan a la mitad de la adolescencia, entre las edades de 15 a 17 años Los adolescentes buscan una personalidad que les convenga, se fortalece su creencia de que pueden hacer cualquier cosa y quieren entablar relaciones con pares del sexo opuesto (Hockenberry, 2011; Ocakçı, 2015; citado en Özçelik & Şahin, 2016). Cuando llegan a la adolescencia tardía, entre los 18 y 21 años, sienten que han alcanzado la madurez para tomar sus propias decisiones y tomar sus propias elecciones, por lo que las actitudes de los padres no deben ser intrusivas. Cuando llega este período, las relaciones individuales comienzan a ganar más importancia, las relaciones con el sexo opuesto incluyen el amor a largo plazo y el buen acuerdo (Ocakçı, 2015; citado en Özçelik & Şahin, 2016)
¿Cómo diferencian los padres estas necesidades que da y satisface?
Hay muchos factores que afectan el nivel de desarrollo socioemocional y las necesidades del adolescente. Estos son bastante diversos, como la estructura de la personalidad del individuo, el género, la edad, el nivel de inteligencia, el número de hermanos y la posición aquí, el tamaño de la familia, las relaciones familiares y de amigos, la cultura en la que se crió y la situación económica. La familia es uno de los factores más importantes que afectan los factores emocionales (Ahmetoğlu, 2009; Baran, 2009; citado en Durualp, 2014).
Aunque los adolescentes muestran actitudes rebeldes y arrebatos emocionales contra sus padres durante la adolescencia, los la capacidad del niño para afrontar sus emociones. Necesita a sus padres. Los padres también deben ser conscientes de esto sin dejarse influenciar por la situación que viven. Si el niño no recibe apoyo emocional de sus padres o experimenta a cambio experiencias negativas como regaños, insultos e ignorancia, puede alienarse, reprimir o ignorar sus propios sentimientos en el futuro. Los niños que tienen experiencias positivas con sus padres, por ejemplo, son escuchados eficazmente, se les permite expresar sus ideas y pensamientos, y en un entorno familiar donde se valoran estas ideas, tienen más éxito en reconocer sus emociones y pueden regular con éxito sus emociones. emociones cuando se enfrentan a emociones negativas (Eisenburg et al. 1998; citado en Altan Atalay, Saritas Atalar, 2018). reprime tus sentimientos Aunque los adolescentes que se centran en el envejecimiento logran suprimir, no pueden hacer frente a la excitación fisiológica de la emoción que experimentan en sus cuerpos y, como resultado, tienen dificultades para controlar y regular sus conductas. Junto con experiencias emocionales negativas más intensas durante la adolescencia, esto puede resultar en diversos trastornos psicopatológicos como la depresión (Aral et al., 2001; Eisenburg et al. 2010; citado en Altan Atalay, Sarıtaş Atalar, 2018).
En la adolescencia, es un factor de gran ayuda para que el adolescente se adapte a la sociedad enriqueciendo su vida con experiencias positivas para adquirir habilidades sociales y emocionales. Para ello, los padres deben apoyar sus conductas sociales y emocionales desde la infancia. Con este apoyo de los padres, el niño logrará establecer relaciones sanas con quienes lo rodean, podrá trabajar en armonía con los demás, respetará los derechos y sentimientos de otras personas, no cederá ni rechazará las peticiones. que van dirigidas a él y que no acepta, será capaz de aceptar las situaciones en las que se encuentra impotente y buscar ayuda de los demás y tener sentido de empatía. (Durualp, 2014).
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