El sol es la fuente de energía más importante para los seres vivos de la Tierra. Todos los seres vivos deben su vitalidad al calor y la luz del sol. La luz del sol está formada por rayos electromagnéticos de diferentes longitudes de onda. La parte ultravioleta (UV) de estos rayos es responsable de los efectos nocivos sobre la piel. Si bien los rayos UVB son responsables de la mayoría de los efectos nocivos, en los últimos años se ha determinado que los rayos UVA también contribuyen a ello. Los efectos negativos de los rayos UV en la piel se han notado especialmente en los últimos 50 años, y se ha comenzado a discutir cómo protegerse del sol. Es imposible estar completamente protegido de una fuente de energía tan importante y necesaria. En lugar de ello, sería mejor intentar aprovechar el sol correctamente.
Cuando se expone al sol durante mucho tiempo, se pueden desarrollar quemaduras en la piel en forma de enrojecimiento temprano y ampollas llenas de agua. Con la supresión del sistema inmunológico, pueden producirse infecciones por herpes y diversas reacciones alérgicas relacionadas con el sol. Cuando se expone al sol durante muchos años se pueden observar signos de envejecimiento prematuro de la piel, como pequeñas grietas vasculares, manchas, arrugas, aflojamiento y flacidez de la piel, lo que se denomina fotoenvejecimiento. Lo más importante es que esta exposición crónica acelera el desarrollo de diversos cánceres de piel. Además de la exposición prolongada al sol, los solariums y las lámparas de bronceado también pueden provocar estos efectos.
Entonces, ¿cómo aprovechar correctamente el sol?
Protección La primera prioridad es luchar contra los efectos nocivos de los rayos UV y se le proporciona ropa. Se recomienda elegir ropa de manga larga y de tejido apretado que cubra cuello y escote, y utilizar sombrero. Las personas de piel clara, los niños y las personas que han tenido cáncer de piel anteriormente tienen un mayor riesgo. Se recomienda especialmente para estos grupos de alto riesgo el uso de ropa y gorros con filtros UV. El valor UPF (Factor de Protección Ultravioleta), que muestra el índice de protección solar, está escrito en las etiquetas de estos productos. No se debe olvidar la protección de los ojos y el área alrededor de los ojos; se deben preferir las gafas de sol con filtros UV.
Los protectores solares son nuestras armas más efectivas para proteger la piel de los efectos nocivos de los rayos UV. La eficacia de estos productos se basa en el valor del SPF (Factor de Protección Solar). 10 minutos al sol sin protector SPF Si te estás poniendo rosa y rojo, el tiempo que tardará en aparecer el enrojecimiento será de 150 minutos cuando se utilice un protector con SPF 15. Si bien la Skin Cancer Association recomienda el uso diario de al menos SPF 15 o superior, recomienda el uso de productos con SPF 30 o superior en la playa y en áreas abiertas.
Cuándo usar protector solar:
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Se deben preferir productos de amplio espectro que brinden protección tanto contra los rayos UVA como contra los UVB.
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A Se debe utilizar una cantidad suficiente de producto para proporcionar una protección eficaz. Esta tasa es de 2 mg/cm2. En consecuencia, se recomienda que un adulto promedio aplique aproximadamente 29 g (aproximadamente un puñado) en las áreas fuera del traje de baño y ¼-1/3 de cucharadita en la cara. El producto debe distribuirse por igual en todas las zonas.
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Los protectores deben usarse no sólo en la playa, sino también en la vida diaria, incluso con tiempo nublado.
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Protectores solares. Se debe aplicar 20-30 minutos antes de salir y se debe repetir cada 3-4 horas si se va a permanecer mucho tiempo afuera.
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Aunque en los últimos años se han desarrollado productos resistentes al agua y al sudor, si permaneces mucho tiempo en el agua, el producto debe aplicarse cada 3-4 horas y debe repetirse.
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Frotar y limpiar con una toalla reduce su eficacia.
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Los protectores solares deben consumirse dentro de los 6 meses posteriores a su apertura.
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Los protectores solares no brindan una protección completa contra el sol. Por este motivo, no se debe exponer directamente al sol entre las 10:00 de la mañana y las 16:00 de la tarde. Permanecer en la sombra es una medida de protección. Sin embargo, no hay que olvidar que si uno permanece mucho tiempo a la sombra, se pueden producir daños solares debido a los rayos reflejados.
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Los bebés y los niños son mucho más sensibles a el sol. Los bebés menores de 6 meses no deben exponerse a la luz solar directa. No se recomienda el uso de protector solar en este grupo de edad. Se recomienda utilizar protectores solares con filtros minerales y usar ropa con valor UPF para niños mayores de 6 meses.
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Con el aumento del uso de protectores solares, se han observado diversas reacciones alérgicas en la piel en personas que los usan.
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