¿Cuántas veces al año cree usted que golpean a un niño en edad preescolar? ¿Una vez al mes? ¿Una vez por semana? ¿Estás listo para escuchar la respuesta? Un niño en edad preescolar recibe palizas 150 veces al año. Es decir, en promedio, cada 2,4 días. ¿Puedes creerlo? Estás sorprendido, ¿no? Sin embargo, estos números son creados por nuestros amigos que están al menos a dos dígitos de nosotros o por nosotros mismos. Muchos padres intentan disciplinar a sus hijos golpeándolos, basándose en el dicho "golpear es el cielo". Porque es la única manera que lo saben. Al no tener suficientes habilidades comunicativas, creen que la forma de resolver los conflictos es golpeando. Imagina que estás en un país donde no conoces el idioma. Después de un día muy agotador, sientes mucha hambre y entras a un restaurante. Tienes mucho dinero en el bolsillo, pero todo está en liras turcas. Cuando pones unos cuantos menús de aspecto delicioso en tu bandeja y vas al cajero, te dicen cuánto tienes que pagar por ellos. Como no sabes ese idioma, sacas el dinero de tu bolsillo y lo pones frente a la caja registradora para que él tome lo suficiente para pagar. Sin embargo, el cajero le da mensajes de "no, no puede ser" con señales con las manos. Te enojas porque tienes mucha hambre, y como no tienes otro lenguaje de comunicación, empiezas a insistir en mirar al hombre con dureza. Sin embargo, como él no entiende tu idioma, comienzas a pelear después de un tiempo. Y como resultado, te encuentran golpeado frente a la puerta. Te das cuenta de que no es posible comprar o tener las cosas que deseas a menos que conviertas tu dinero a la moneda del país en el que te encuentras y te mudes. Lo primero que debes hacer es buscar un traductor con el que puedas hablar el mismo idioma. Esto es lo mismo en nuestra vida diaria. Para resolver la situación problemática, primero debemos tener el mismo lenguaje y las mismas habilidades comunicativas. Las personas que no tienen suficientes habilidades comunicativas cometen violencia contra sus hijos y cónyuges. Porque no conocen otro camino. Los niños no tienen una sola lengua, tienen muchas lenguas pertenecientes a sus periodos de desarrollo. Cuando se encuentre con cualquier situación problemática, primero debe ponerse al mismo nivel de los ojos y establecer contacto visual. En esta comunicación, asegura que el mensaje se entregue antes a la otra parte. Acepta tu comportamiento Debes revisar objetivamente si es aceptable o no. Debes utilizar el lenguaje "yo" para decirle cómo te sientes cuando se comporta de esta manera. Puedes aplicar el método del tiempo muerto, cuando se presente la conducta puedes dejarlo solo en su habitación durante 15 minutos para que pueda pensar en esa conducta. La disciplina mediante golpes no sirve de nada. Por el contrario, los golpes provocan que el niño se enoje más y se enfade consigo mismo. Golpeando puedes acabar con la conducta del niño que no deseas en ese momento, pero esta es una forma de maltrato que inhibe toda su conducta y además afectará negativamente a su inteligencia. El niño golpeado cree que los problemas se solucionarán de esta manera y exhibe conductas como abuso, agresión e intimidación en los años siguientes. Un niño que es golpeado constantemente puede, después de un tiempo, desarrollar ansiedad por realizar el comportamiento y exhibir rasgos de personalidad antisocial en entornos sociales. El niño golpeado experimenta una lesión de apego emocional hacia su familia. Hay trastornos de comunicación y problemas de confianza en sus relaciones con las personas. Un niño golpeado no puede expresarse y es más probable que resuelva sus problemas mediante la violencia que hablando.
Leer: 0