¿Está mi hijo ansioso?

¿Por qué mi hijo no puede pensar con claridad? ¿Por qué siempre crea malos escenarios que es imposible que sucedan? ¿Por qué no puede entender que sus miedos no tienen fundamento y son exagerados?

Los trastornos de ansiedad se encuentran entre los problemas psicológicos que más experimentan los niños. Se estima que uno de cada ocho niños tiene un problema de ansiedad importante. Los síntomas generalmente se pueden notar entre los cuatro y cinco años. De hecho, aunque los expertos en este campo pueden comprender las conductas alimentadas por la ansiedad, muchas veces se puede retrasar su percepción mediante el uso de expresiones como tímido o incapaz de prestar atención.

Padres y profesores no tienen mucha dificultad para notar a los niños ansiosos. Generalmente, estos niños adoptan conductas de escapar, evitar y reprimir las cosas que les molestan. Ansiedad; Si bien puede manifestarse con síntomas físicos como respiración rápida y temblores, también puede manifestarse como timidez, baja confianza en uno mismo, indecisión, pesimismo e ira. En los casos en que las familias buscan específicamente asesoramiento en materia de atención, creo que también se debe tener en cuenta la ansiedad, que puede considerarse como hermana de la atención. Porque no es posible que un niño con antecedentes de ansiedad se concentre o mantenga su atención durante mucho tiempo.

Entonces, ¿la ansiedad es algo malo? Es fundamental que toda persona sana tenga algo de ansiedad en su vida. Un estudiante que está algo ansioso puede obtener mejores resultados en un examen estandarizado en la escuela que alguien a quien le importa menos el examen. O el miedo de un atleta a quedar último o perder le dará una ventaja sobre sus competidores menos motivados. Sin embargo, generalmente experimentamos más los aspectos negativos de la ansiedad que sus beneficios. Muchos adultos con problemas de ansiedad soportan sus síntomas desde la infancia.

Es importante estar al tanto de las historias de ansiedad de las familias. Porque los niños pueden compartir la sensibilidad de su familia ante la ansiedad. Si bien muchos padres pueden afirmar que experimentan estos trastornos, es posible que muchos de ellos no sean conscientes de ellos. Esto es porque; Las personas con estos trastornos organizan su vida de manera que eviten situaciones que desencadenen su miedo y ansiedad. Estas personas viven vidas algo orientadas al control. se expresan. En primer lugar es necesario conocer la historia genética.

Como mencioné antes, el éxito, la atención y el enfoque de los niños no se pueden evaluar independientemente de sus procesos de ansiedad. Dominar todo el proceso, desde las actitudes familiares sobre los límites y la responsabilidad hasta el nivel de confianza en uno mismo, proporciona una mejor comprensión del mundo del niño.

Al evaluar la ansiedad de su hijo;

 

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