Ser capaz de mantener el equilibrio espiritual frente a la presión.

Preservación de la esperanza; Es un punto importante para resolver muchas emociones desafiantes como la ansiedad, el miedo o la impotencia causada por la exposición a la presión.

Hay una opinión que escucho a menudo de que "los pacientes reales no acuden a los psiquiatras, las personas que los pacientes se enferman." Teniendo en cuenta las condiciones actuales, esta parte de "pacientes que hacen pacientes" puede, por supuesto, considerarse desde muchas perspectivas. Esta persona podría ser un hombre exhausto cuidando a su esposa paralizada, o una madre que busca una salida mientras intenta ayudar a su hijo que atraviesa las dificultades de la adolescencia.

Existe una situación que muchos de Lo hemos vivido de diferentes maneras últimamente: la familia, puede tener efectos en la vida de las personas, en el trabajo e incluso en una parte común de la sociedad... hablo de "presión"...

Ser presionados por las personas que nos rodean y por aquellas con las que tenemos relaciones no sólo aumenta nuestra necesidad de apoyo, sino que también afecta gravemente nuestra calidad de vida.

De hecho, independientemente del alcance de la presión a la que estemos expuestos, ésta produce resultados similares tanto en la familia, que es la unidad más pequeña de la sociedad, como en el ámbito social, a mayor escala. involucrando grandes masas. En todos los casos, la opresión tiene consecuencias cognitivas, emocionales y conductuales, y experimentamos el reflejo de todas estas consecuencias en nuestro mundo espiritual, en mayor o menor medida, de acuerdo con nuestro propio carácter y perspectiva de los acontecimientos. Los sentimientos de ansiedad, ansiedad y miedo son los cambios afectivos más comunes en las personas reprimidas. La incapacidad de sentir empatía se ve a menudo en quienes aplican la opresión. De esta forma, la sensibilidad de las personas ante el daño que sufren disminuye y se diferencian por actuar de manera más fría, dura e insensible, comienzan a verse como superiores y a justificar sus acciones. “Lo malo de las malas ideas es que con el tiempo la mente se acostumbra a ellas”, dice Dumas. Pensar que ser sometido a opresión es irresoluble y perder la esperanza es quizás el mayor daño que podemos hacernos a nosotros mismos. La tristeza y la decepción son, por supuesto, emociones naturales y necesarias, pero los momentos en los que nos cuesta deshacernos de ellas son igualmente naturales.

Por esta razón, cuando y donde estés, busca siempre ayuda siempre que no puedas deshacerte del sentimiento de impotencia.

Día de salud y esperanza

 

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