La espinaca es una verdura rica en minerales de magnesio, potasio y hierro. 100 g de espinacas cubren el 20% de las necesidades diarias de magnesio, el 16% de las necesidades de potasio y el 15% de las necesidades de hierro. Con su rico contenido como vitaminas, minerales, carotenoides y compuestos fenólicos, puede beneficiar la salud ocular, reducir el riesgo de cáncer al reducir el estrés oxidativo y disminuir los niveles de presión arterial.
Si bien las espinacas son una verdura beneficiosa para Salud con estas características, algunos comportamientos inconscientes pueden convertir las espinacas en un veneno.
Las espinacas son ricas en nitrato. Lo que hace que el nitrato sea tóxico es su conversión en nitrito en los alimentos o en el tracto gastrointestinal de los recién nacidos. Se debe tener cuidado al utilizar espinacas en bebés menores de 4 meses. Dado que el nitrato se disuelve fácilmente en agua, el agua para cocinar vegetales debe usarse con precaución, especialmente en bebés pequeños y personas sensibles con baja acidez de estómago.
El nitrato puede convertirse en nitrito cuando las verduras de hojas verdes oscuras se cocinan y se almacenan en un entorno que permita el crecimiento de microorganismos, como la temperatura ambiente. En este caso, se recomienda consumir los alimentos cocinados en un plazo máximo de 1-2 días, sin esperar demasiado. De hecho, esta es la razón detrás de la información de que las espinacas no se pueden recalentar.
Dado que el contenido de nitrato y nitrito no cambia durante el almacenamiento congelado, las verduras se pueden congelar durante mucho tiempo. Las verduras congeladas no deben descongelarse a temperatura ambiente porque la descongelación puede aumentar la cantidad de nitrito a través de efectos microbianos.
En 2019, hubo casos de intoxicación después de consumir espinacas en Turquía. Según las muestras tomadas y los resultados de exámenes posteriores, en las espinacas se detectó una gran cantidad de sustancias atropina y escopalamina procedentes de las malas hierbas. Los análisis revelaron que el envenenamiento fue causado por malezas que contenían atropina y escopalamina mezcladas con espinacas. Por este motivo, a la hora de limpiar las espinacas, se deben distinguir muy bien las malas hierbas y consumirlas después de limpiarlas.
Como resultado, las espinacas se pueden consumir de forma segura prestando atención a las condiciones de almacenamiento, las normas de higiene y una correcta clasificación. p>
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