¿Qué quiere este niño?

La pregunta que nos viene a la mente cuando muchos padres acuden a un especialista para conseguir apoyo psicológico para sus hijos es:“¿Qué quiere este niño?”La respuesta a esta pregunta está muy relacionada con la entorno en el que nace el niño y la relación que establece con sus cuidadores.

Un niño, ante todo, quiere tener una relación de apego segura. Con el concepto de “apego” estudiado por el famoso Psicólogo John Bowlby se ha entendido una vez más lo importante que es la relación entre madre y bebé. Bowlby observó que los bebés desarrollan apegos a sus madres de diferentes maneras. Si bien algunos bebés tienen una relación cercana, íntima y sincronizada con sus madres basada en la confianza, se ha observado que algunos pueden ser ansiosos o evasivos en sus relaciones con sus madres. La relación de confianza que el bebé establece con su madre, especialmente en los 2 primeros años, en realidad afecta a toda la vida del bebé. En este proceso, es importante satisfacer adecuada y apropiadamente las necesidades del bebé y apoyarlo en la regulación de sus emociones. Satisfacer estas necesidades con amor y atención brinda al bebé la oportunidad de estar más tranquilo y en paz y de explorar su entorno basándose en la confianza. Por lo tanto, es importante que el bebé sea querido, amado y que sus necesidades fisiológicas y emocionales básicas estén satisfechas incluso antes del nacimiento. Entonces, la respuesta a la pregunta "¿Qué quiere un niño?" Podemos decir que básicamente quiere un padre que lo ame, que pueda demostrarle ese amor, que lo toque, que le dé confianza y que atienda sus necesidades.

Este patrón de relación se establece en los primeros períodos. de la vida también se traslada a otros períodos de la vida. Muchas dificultades aguardan a los niños que no han sido amados lo suficiente o que no se han sentido amados, a quienes no se les ha permitido expresar sus emociones, que no han satisfecho necesidades como la nutrición y el cuidado, y que no han experimentado un otro seguro. Estos niños pueden mostrar muchos síntomas sólo para mostrarse, para experimentar el amor que no han experimentado o para borrar las huellas de las experiencias traumáticas que han experimentado. Cada síntoma que muestra el niño es en realidad un grito de ayuda. Es una manera diferente de decir mírame, compréndeme, nota mi dolor. Si el niño no recibe el apoyo adecuado durante este proceso, estas experiencias pueden acarrear problemas hasta la adolescencia y la edad adulta. Los expertos en salud consideran meticulosamente los procesos por los que pasa el niño desde el momento en que se planea que nazca hasta esta edad. Se observa cómo se satisfacen las necesidades básicas en la infancia, la relación con los cuidadores y si se puede desarrollar un apego seguro. Durante el apoyo psicológico que se brinda al niño, se le brinda la oportunidad de reexperimentar una relación basada en la confianza y de reconocer y regular sus emociones. Porque la capacidad de cambiar, desarrollarse, volver a amar y ser amado siempre se puede mejorar. Les deseo hermosos días en los que los niños sean amados, protegidos, incluidos, aprobados y capaces de explorar su entorno de forma segura dentro de sus límites...

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