La adolescencia es un período en el que los niños, que tienen en promedio entre 13 y 14 años, comienzan a acceder a sus roles sociales, a dedicarse a una profesión, a pensar independientemente de sus familias y a desarrollar sus instintos sexuales. Dado que este período es el período de transición de la niñez a la edad adulta, en los individuos comienza tanto el desarrollo físico como espiritual.
El desarrollo físico, mental y sexual es muy rápido durante la adolescencia. Los cambios físicos que se observan en las niñas durante este período también provocan una gran confusión en su estado de ánimo. El agrandamiento de los senos y los períodos menstruales en las niñas son físicamente dolorosos y psicológicamente complejos. En este caso las madres tienen una gran responsabilidad. Las madres deben proporcionar información lógica y completa sobre estos cambios observados en sus hijos. Se observan muchos cambios en los niños, tanto psicológicos como físicos, al igual que las niñas. Este período se conoce como el período de rápido cambio y desarrollo continuo. En estas edades, los padres y quienes los rodean no perciben a los niños ni como adultos ni como niños, y padres y adultos plantean ideas diferentes sobre lo que los jóvenes pueden o no hacer. Sin embargo, en este período, el adolescente tiene que demostrarse a sí mismo la pregunta "¿Quién soy yo?". El principal problema en la adolescencia es el problema de ganar una identidad, que incluye quién es la persona, qué cree y valora, y qué espera lograr en la vida.
Además de los cambios físicos, ciertos cambios psicológicos Los cambios también ocurren durante la adolescencia. Estos; Estos son el deseo de determinar su papel en la sociedad (¿quién soy yo?), el cuestionamiento de la vida y el entorno, el deseo de actuar por cuenta propia y estar solo, el cambio constante de emociones, la ira excesiva, la curiosidad por las cuestiones sexuales, la timidez, el deseo de unirse a un grupo de amigos y el deseo de llamar la atención.
Este período es uno de los puntos de inflexión más riesgosos en la vida de una persona. Los niños experimentan muchos cambios en el ámbito físico, espiritual y social durante estas edades. La forma final de estos cambios en el individuo varía de un adolescente a otro.
Para que los padres no pasen momentos difíciles durante este período, no deben entrar en conflictos con sus hijos y deben valorarlos y respetarlos. a ellos. Ellos deberían. Es necesario fortalecer la comunicación y así reforzar las conductas positivas intentando ver en los jóvenes las conductas positivas antes que las negativas. Si los niños que no aceptan consejos durante estos periodos dejan de lado su identidad como padres y les hablan como amigos y pasan mucho tiempo con ellos, superarán este periodo de forma más segura y saludable.
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