Nuestro segundo cerebro: la flora intestinal

Hoy en día, el consumo de azúcar y alimentos refinados; beber líquidos con alto contenido de azúcar, aditivos y productos químicos en lugar de agua; Con el aumento de la contaminación tóxica, química y electromagnética, la flora intestinal de muchas personas se ha deteriorado y las enfermedades se han convertido en epidemias.

Enfermamos con una alimentación poco saludable, y recuperamos la salud con una alimentación saludable. En definitiva, nuestra salud depende de la salud de nuestra flora intestinal. Porque los microorganismos de la flora intestinal sana son una parte importante del sistema inmunológico, además de una barrera física que protege nuestro organismo de patógenos externos, químicos y toxinas. Motivos como una dieta poco saludable y desequilibrada, especialmente rica en azúcar y carbohidratos refinados, estrés excesivo, no beber suficiente agua, mala salud bucal y dental y el uso de medicamentos, especialmente antibióticos y cortisona, alteran la flora intestinal. El intestino se daña y tiene fugas. En un intestino enfermo, la digestión y la absorción no son saludables y se producen deficiencias de importantes vitaminas, minerales, aceites esenciales y aminoácidos. Los alimentos insuficientemente digeridos pasan constantemente a través del epitelio dañado y permeable del intestino y se desarrolla una intolerancia alimentaria.

Una dieta rica en grasas afecta a nuestra flora intestinal. En los últimos años, los estudios han demostrado que nuestra dieta también afecta a nuestra flora intestinal. Y en este caso, muchas enfermedades que van desde la obesidad hasta la diabetes. Se ha demostrado que puede causar enfermedades, y estudios en animales han demostrado que las dietas altas en grasas afectan la población bacteriana intestinal y las señales de saciedad enviadas al cerebro. que se producen han sido monitoreados y se ha observado que una dieta rica en grasas provoca la destrucción de bacterias importantes para la salud intestinal en poco tiempo. Además, una dieta rica en grasas aumenta la cantidad de Streptococcus mitis, Lactobacillus animal y Enterococcus faecalis en los intestinos. Estas bacterias dañan las neuronas e interrumpen sus señales.

Cómo mejorar la flora intestinal:

1. Todos los carbohidratos simples y Elimina el azúcar de tu dieta porque las bacterias malas se alimentan de él y se multiplican rápidamente. Al privar al cuerpo de cereales y azúcar, también puedes deshacerte de las bacterias malas.

2. Repare el entorno intestinal siguiendo una dieta baja en carbohidratos y consumiendo alimentos que se sabe que curan el intestino, como el caldo de huesos que contiene el beneficioso aminoácido l-glutamina, mantequilla, aceite de oliva y grasas saludables que se encuentran en el pescado. El aceite de coco tiene propiedades antibacterianas y el zinc, que se encuentra especialmente en los mariscos y la carne, ayuda a estructurar las enzimas digestivas.

3. Consuma alimentos ricos en probióticos para favorecer las bacterias buenas. Estos son: yogur, kéfir, kimchi, encurtidos, kombucha y chucrut.

4. Concéntrese en los prebióticos, que ayudan a nutrir las bacterias beneficiosas y les permiten prosperar en un entorno saludable. Los mejores ejemplos de ellos son las algas pardas y similares.

5. Consume alimentos ricos en fibra como el aguacate y las espinacas, que previenen el estreñimiento y ayudan a la salud intestinal.

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