La familia es una institución importante en términos de configuración de la vida futura del niño. La familia es el entorno social que los niños ven por primera vez en el mundo y al que abren los ojos.
Las disputas entre padres tienen un lugar importante en la felicidad de los niños. Las peleas de los padres en casa y delante del niño provocan diversos traumas en los niños. Porque las emociones que experimenta el niño que se expone a este tipo de discusiones provocan efectos negativos en su personalidad y en su futuro. El niño puede pensar que la pelea es por su culpa, culparse e intentar castigarse. Puede comportarse con timidez en sociedad debido a este sentimiento de culpa.
Las discusiones entre padres pueden provocar en los niños enuresis, trastornos de ansiedad y trastornos de conducta, asà como falta de confianza en sà mismos. Debido a las fuertes discusiones de los padres, el niño puede experimentar problemas como alteración de los patrones de sueño, pesadillas, no querer dormir solo, introversión, dolores de cabeza y querer estar constantemente con los padres, pueden tener pensamientos y temores de ser separados. . Si las discusiones se convierten en violencia, la psicologÃa del niño se ve aún peor.
Los niños que están expuestos a peleas de pareja:
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Pueden empezar a preocuparse por su futuro ante los acontecimientos
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Puede presentarse un sentimiento de desconfianza hacia el sexo opuesto debido a las peleas a las que están expuestos
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Algunos niños pueden experimentar sentimientos como escapar de casa o de la escuela, empezar a tener malos hábitos y pesimismo.
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Pueden experimentar desconfianza hacia el mundo exterior y dificultades en la comunicación con las personas.
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Las calificaciones de los niños pueden disminuir y las de sus padres pueden mostrar conductas como escaparse de casa para llamar la atención.
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Para que los niños no se vean afectados por las disputas de los padres; Las discusiones no deben realizarse frente a los niños, los niños no deben incluirse en la discusión y los problemas relacionados con el niño no deben discutirse frente a ellos. Las familias hablan amablemente con los niños y establecen un entendimiento entre los adultos. Deben explicarle al niño que las dificultades no afectarán su amor por él y tranquilizarlo. A los niños se les debe dar la atención y el amor adecuados, independientemente de los problemas.
   Los padres deben recibir ayuda psicológica cuando no puedan superar los problemas.
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