Estrés en la infancia y la adolescencia

La vida de cada persona ha tenido momentos estresantes de vez en cuando. Algunas personas afrontan mejor el estrés; Para algunos, el estrés es una pesadilla. En este artículo hablaremos sobre el concepto de estrés en el contexto de niños y adolescentes. En el campo de la psicopatología del desarrollo, los factores estresantes juegan un papel importante. Los estresores ambientales tienen un papel en la aparición y persistencia de problemas internalizantes (ansiedad, depresión, etc.) y externalizantes (trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno oposicionista desafiante, etc.) en las psicopatologías infantiles y adolescentes. Los factores estresantes pueden interactuar con la predisposición genética y provocar problemas psicológicos en niños y adolescentes. La capacidad de los niños y adolescentes para regular sus emociones ante los factores estresantes es un factor protector para el desarrollo de la psicopatología. Los niños pueden experimentar estrés de muchas fuentes. El estrés varía de un niño a otro, según el nivel de desarrollo del niño y sus experiencias de vida anteriores. La adaptación y la superación de los factores estresantes depende en gran medida de la capacidad de desarrollo y las habilidades de afrontamiento del niño. Cuanto más pequeño es el niño, mayor es el impacto de los nuevos acontecimientos. Cuanto más jóvenes se vuelven, más probabilidades hay de que experimenten un estrés más fuerte y potencialmente negativo. Algunos factores estresantes son una parte normal de la vida diaria de un niño y pueden tener efectos positivos. Por ejemplo, un niño que participa en una carrera de natación puede ver esto como un factor de estrés y trabajar más duro, y esto puede mantener viva la motivación del niño. Por otro lado, el estrés excesivo puede tener efectos negativos en la capacidad de los niños para adaptarse a situaciones nuevas. Los niños que crecen en la pobreza, viven en entornos violentos o son acosados ​​en entornos escolares están expuestos a más estrés externo en comparación con otros niños.

¿Cómo experimentan los niños y se adaptan al estrés?

Los factores estresantes crónicos (pérdida de un ser querido, vivir lejos de la familia, etc.) pueden tener efectos perjudiciales en los niños al cambiar la química y la función del cerebro, reduciendo la resistencia a las enfermedades. Según los estudios, la reacción de los niños al estrés es más intensa que la de los adultos y afecta a todo el cuerpo. estrés b A veces se manifiesta como una respuesta física abierta, como llanto, arrebatos de ira, golpes, masturbación u orina. Estos comportamientos son en realidad la forma que tiene el niño de afrontar el evento estresante y gestionar estos eventos a su manera. Por ejemplo, un niño que experimenta intensos sentimientos de abandono mientras su madre va a trabajar puede mostrar una reacción de llanto en respuesta a este factor estresante. A medida que aumenta la edad de los niños, aumentará el nivel de resolución de problemas cognitivos, por lo que esperamos que las reacciones físicas disminuyan relativamente. En un estudio de revisión, se reveló que el “género” tiene un efecto facilitador en la relación entre el estrés y los problemas de salud mental. Ante cualquier factor estresante, los problemas externalizados como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y los problemas de conducta son más comunes en los hombres, mientras que los problemas internalizados como la ansiedad, la fobia social y la depresión se observan en las mujeres. Al mismo tiempo, la naturaleza del factor estresante encontrado varía según el género. Los hombres experimentan un estrés más intenso cuando están expuestos a la pobreza, el divorcio y el abuso, y las mujeres cuando están expuestas a la violencia y los desastres. Según muchos estudios realizados con niños diagnosticados con ansiedad, depresión, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastorno de oposición desafiante, las actitudes parentales de los padres y las funciones familiares tienen un efecto sobre estos problemas. El comportamiento de los padres determina el comportamiento de los hijos. Por ejemplo, un hijo de un padre que muestra conductas de rechazo puede tener baja autoestima, por lo que es posible que no pueda afrontar los factores estresantes lo suficientemente bien. Cuando se realizan entrevistas individuales con niños que postulan a unidades de psiquiatría y sus familias, se ve que estos niños son un reflejo de sus familias. El niño, que toma a sus padres como modelo en todos los sentidos, también toma como modelo la forma en que estos padres afrontan el estrés. En resumen, los niños y adolescentes están expuestos a mucho estrés al igual que los adultos. Aunque quienes tienen algunos factores protectores tienen suerte, esta situación no es válida para todos los niños y adolescentes, en su mayoría los niños que se ven afectados negativamente por estos factores estresantes viven experiencias que se convertirán en psicopatología en el futuro.

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