Menisco, conocido popularmente como una enfermedad que se manifiesta con dolor e hinchazón significativos en la rodilla, es en realidad el nombre que se le da a las estructuras de fibrocartílago similares a cartílagos ubicadas entre las articulaciones de la rodilla. Los desgarros que se producen en estas estructuras por diversos motivos se definen como lesiones de menisco.
En cada rodilla hay dos meniscos, uno en forma de C y O, uno interno y otro externo. Los meniscos son estructuras protectoras extremadamente importantes para el funcionamiento normal de las rodillas. Hasta hace 40-50 años, la función del menisco no se conocía y se consideraba innecesaria. Incluso en caso de lesiones menores, los meniscos se extirpaban quirúrgicamente. Hoy en día, la disciplina de la ortopedia da importancia y prioridad a los tratamientos que cuidarán de proteger al máximo estas estructuras en las lesiones de menisco.
¿EN QUÉ OCURREN LAS LESIONES DE MENISCO?
El menisco ayuda El cartílago de la articulación de la rodilla funciona de forma saludable y protege las rodillas de la sobrecarga. Cuando el menisco está ausente o no funciona correctamente, las cargas se colocan directamente sobre el cartílago de la articulación. Esto conduce a la osteoartritis.
El problema más común en las lesiones de rodilla son los desgarros de menisco. La carga desequilibrada de nuestro peso corporal sobre las rodillas durante una actividad física intensa o traumatismos similares a accidentes puede provocar que los meniscos se desgarren con una presión repentina.
Las lesiones de meniscos son un problema común que experimentan los atletas. Sin embargo, las lesiones de menisco también pueden ocurrir en quienes tienen que levantar cargas pesadas debido a su trabajo, quienes permanecen de pie durante largos períodos de tiempo, quienes realizan tareas domésticas de manera intensiva y personas de edad avanzada.
Podemos enumerar las Las causas principales del menisco son las siguientes:
- Colapso repentino,
- Rotación de la rodilla como resultado de un traumatismo,
- Doblar o estirar demasiado la rodilla ,
- Deportes que impliquen movimientos de rodilla como fútbol, tenis, baloncesto,
- Levantamiento de pesas,
- Pequeñas lesiones en el cartílago que se repiten y se convierten en problemas,
- Debilitamiento y desgaste del menisco debido a la edad avanzada,
- Problemas estructurales congénitos.
DESGARRO DE MENISCO SÍNTOMAS DEL HOMBRE
El síntoma más común de las lesiones de menisco es el dolor. El dolor que se siente cuando se toca la rodilla o con el más mínimo movimiento de la rodilla es un síntoma de un desgarro de menisco.
Sin embargo, es posible que el dolor de rodilla no se presente inmediatamente después de que se produce el desgarro. De hecho, las personas que no sienten dolor a pesar del desgarro pueden continuar con la actividad física que les provoca el problema. En tales casos, con el tiempo, el equilibrio articular se deteriora, el líquido articular aumenta y la hinchazón y el dolor se manifiestan gravemente.
Además, se produce hinchazón y rigidez en la rodilla, bloqueo de la rodilla y, por tanto, dificultad para doblarse o doblarse. flexión de la rodilla, sensación de escozor repentino se encuentran entre los síntomas importantes del desgarro de menisco.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL MENÍSCULO
Para diagnosticar las lesiones de menisco, el médico primero realiza un examen físico y Comprueba los movimientos de tus rodillas y las áreas donde sientes sensibilidad. Además, al pedirte que camines y te agaches, detecta las posiciones en las que tu nivel de dolor aumenta y disminuye.
Después de ello, se solicitan métodos de imagen como rayos X y resonancia magnética para confirmar el diagnóstico.
Para ver el interior de la rodilla, las características del desgarro, se utiliza la artroscopia para identificarlo y tratarlo. Se coloca un dispositivo de cámara llamado artroscopio en la rodilla a través de una pequeña incisión.
Con el método de meniscectomía artroscópica, se visualiza el interior de la articulación y se eliminan las partes problemáticas del menisco o se reparan los desgarros. En este procedimiento, que se realiza bajo anestesia local y dura aproximadamente 30 minutos, los pacientes pueden ser dados de alta el mismo día.
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