¿Sabemos alabar?

¿Sabemos cómo alabar?

'Hoy estoy muy hermosa'

“Oh, ¿perdiste peso?” “No cariño, ya la compré para el último mes”

“¡Me encanta la blusa que llevas!” “Sin embargo, es de la temporada pasada”

“¡Vaya, este maquillaje te queda muy bien!” “¡¿No sé si es un poco exagerado?!”

Los diálogos parecen un poco familiares, ¿verdad? El elogio es similar a esas maravillosas blusas de seda que nunca nos quedan bien pero que siempre queremos usar. Sabemos que si lo usamos, nos sentiremos muy bellas y muy valiosas, pero no podemos encontrar un lugar para usarlo o una falda que nos quede debajo.

Como pueblo turco, ya tenemos dificultades para elogios, pero creo que uno de nuestros mayores problemas es aceptar los elogios. Preocuparnos por si la otra persona pensará que nos gustamos es sólo uno de los motivos que nos empuja a esta situación. Entonces, ¿no merecemos elogios en absoluto o es malo ser elogiados?

De hecho, deberíamos aprender a elogiar a otras personas para normalizar los elogios y darlos por sentado. El elogio sano y genuino es una acción que se debe implementar diariamente. Eso sí, como en todo, es muy importante no sobrepasar los límites y conocer la dosis. Por ejemplo, no necesitas hablar demasiado sobre la belleza de tus ojos con tu gerente general, ni enfatizar "más" sobre el peso de un amigo que ya tiene sobrepeso. Estoy seguro de que tu amigo, tu director general, tiene aspectos o acciones dignos de elogio respecto a su trabajo, además de su peso.

¿Cómo podemos elogiar a las personas y no sorprendernos cuando recibimos elogios de las personas? ? Así que comencemos por elogiarnos a nosotros mismos primero. ¡No, a los demás no! Primero a nosotros mismos... Cuando te mires por última vez al espejo antes de salir de casa por la mañana, prémiate con 3 piropos que te harán sentir bien. “El lápiz labial rojo me queda genial hoy” “Me agradezco por hacer yoga temprano en la mañana” “Estoy orgullosa de mí misma por alimentar a cada uno de mis hijos y enviarlos a la escuela”. Mira, no es tan difícil elogiarte a ti mismo, lo importante es romper con la rutina habitual, ver lo que realmente existe y enfatizarlo. Ya harás yoga, ya prepararás el desayuno para tus hijos, ya te maquillarás mientras vas a tu trabajo de tiempo completo, pero a veces es necesario estas rutinas. ¿No deberías detenerte y decir: "La verdad es que yo tampoco estoy viviendo una vida tan fácil, bien por mí"?

La vida es así, hay situaciones en las que siempre tropezamos en lo negativo, pero no te detengas y agradezcas las acciones positivas y constantes. Empecemos desde mañana y recompénsate con 3 cumplidos, asegúrate de que algo empiece a cambiar en tu vida, aunque sea pequeño.

Al llegar al final del artículo, un gran bien hecho. A mí mismo por escribir este artículo sin posponerlo.

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