Los padres pueden encontrar muchos problemas durante los años de desarrollo de sus hijos. Uno de los problemas que se puede poner como ejemplo de estos problemas es el problema de retener la caca. El origen de este problema, que parece un problema fisiológico, puede ser una razón fisiológica o una razón psicológica.
Este problema suele aparecer entre los 2 y 4 años de edad. Durante este período, el niño experimenta la separación al darse cuenta de que puede hacer cosas independientemente del primer padre. Se da cuenta de que hacer o sostener el baño está en sus manos, y controlar este proceso ahora está en sus manos. Este período es quizás considerado el más desafiante para muchos padres. Porque el niño puede presentar conductas problemáticas como no renunciar a la caca o dejarla en un lugar poco habitual. En este rango de edad, conocido como período anal, el niño deja de usar el baño en su pañal y comienza a recibir entrenamiento para ir al baño. El niño puede darnos algunas señales que demuestren que está preparado. Por ejemplo, yendo al baño detrás de una puerta, en un lugar donde no haya nadie cerca, o escondiéndose detrás de un sofá, puede demostrarnos que está listo para aprender a ir al baño. Sin embargo, a pesar de estas señales, es posible que el niño aún no esté psicológicamente preparado para aprender a ir al baño. A veces, es posible que el niño no reciba ninguna señal para comenzar a aprender a ir al baño. Esta es la razón por la que los padres pueden estar indecisos sobre si comenzar a aprender a ir al baño o no. La educación debe darse en un momento en que el niño esté preparado psicológica y evolutivamente.
Los motivos para retener las heces pueden deberse a algunos motivos fisiológicos (como estreñimiento o problemas intestinales y de ano), así como a algunos motivos psicológicos. Se debe acudir primero al médico para saber si existe una causa fisiológica. Si se observa durante el aprendizaje para ir al baño, es decir, cuando normalmente puede ir al pañal, pero ahora comienza cuando es necesario ir al baño, este comportamiento también debe tenerse en cuenta y la actitud de los padres. El hábito de ir al baño es un proceso muy importante. Este problema puede surgir cuando el niño no está preparado en términos de desarrollo. Por lo tanto, cuando se muestra una actitud muy insistente hacia el niño puede aparecer un problema de no poder defecar. Aquí, el niño no puede usar el baño ya sea porque tiene miedo del olor de su caca o porque tiene miedo de sí mismo, del baño, del sonido de la cisterna o de caerse al baño. Si el niño está tratando de ser entrenado con una disciplina demasiado insistente, dura y estricta, es posible que no quiera defecar para dar un mensaje de que yo tengo el control de esto, ya sea que pueda hacerlo o no. O, cuando el niño extraña la caca, puede querer enojarse con él, regañarlo, decirle que está sucio y luego sostener su caca pensando que No deberías hacer nada sucio para que no se enojen conmigo. Por lo tanto, es importante que los padres sean muy pacientes, comprensivos y no insistentes a la hora de enseñar hábitos de baño. Durante el periodo anal, el niño piensa que su caca es parte de sí mismo y puede retenerla porque no quiere que se desprenda de él. A veces, el niño puede optar por no defecar porque no puede tolerar la sensación de hacerlo. Además de todo esto, también es necesario prestar atención a si existe algún abuso sexual o físico.
Los padres primero deben tener paciencia a la hora de afrontar este problema. Aunque no les guste esta situación, deben tener paciencia con sus hijos y no demostrar que se sienten incómodos con este proceso. No deberían hablar demasiado de eso. Cada persona tiene una costumbre diferente en el baño. Deben tener cuidado con esto porque el niño hace caca por petición propia, no por petición de ellos. Puede ayudar a su hijo a comprender la importancia de defecar leyendo libros apropiados para su edad o viendo videos sobre este proceso. No se debe castigar al niño por no hacer caca, pero se puede crear un sistema de recompensas para que el niño refuerce esta conducta cuando lo haga. La dieta del niño se puede ajustar. Si bien se prefieren los alimentos más líquidos y con fibra, se pueden evitar los alimentos que pueden causar estreñimiento. Se puede establecer una rutina para que el niño vaya al baño. De nuevo, sin aburrirle demasiado, crear rutinas para el niño en determinados momentos del día, como después de despertarse, después de comer, antes de acostarse, puede ayudarle a controlar sus músculos anales.
A pesar de todo esto, si tu hijo aún presenta este problema se debe consultar a un especialista.
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