Para los individuos, el aprendizaje no solo incluye las habilidades adquiridas en un campo particular o el conocimiento académico adquirido, sino que se refiere a un proceso que dura toda la vida.
Los niños inician automáticamente sus procesos de aprendizaje a través de los estímulos que los rodean desde el momento en que nacen. Algunos niños pueden tener dificultades con la lectura, la escritura u otras habilidades relacionadas con el aprendizaje, lo que puede ser un signo de una discapacidad de aprendizaje. La discapacidad de aprendizaje se puede definir como la dificultad de un niño en una o más áreas relacionadas con el aprendizaje. No es síntoma de retraso mental, pereza o baja motivación.
Algunos síntomas de problemas de aprendizaje son los siguientes:
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Trastorno en la percepción de la dirección ( derecha-izquierda)
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Invertir letras, palabras o números
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Mezclar sonidos
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Identificar algunos objetos o modelos Dificultad para clasificar en términos de tamaño y forma
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Dificultad para comprender, seguir y organizar las instrucciones dadas
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Recién hablado o leído Dificultad para recordar palabras
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Falta de coordinación al moverse
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Dificultad para habilidades manuales como escribir, cortar, pintar
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Problemas en el desarrollo del lenguaje
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Dificultad para percibir el concepto de tiempo p>
Se pueden dar como ejemplos dislexia (dificultad para leer), discalculia (dificultad para aprender matemáticas), disgrafía (dificultad para escribir) y dispraxia (trastorno de coordinación motora).
No es necesario observar todos los síntomas anteriores para diagnosticar un trastorno del aprendizaje; es importante realizar un diagnóstico temprano. Durante la fase de diagnóstico se evalúa el rendimiento académico, se aplican pruebas de inteligencia y otras pruebas desarrolladas.
Las dificultades de aprendizaje suelen ir acompañadas de déficit de atención e hiperactividad, pero también pueden presentarse trastornos de depresión y ansiedad. Para su tratamiento se debe aplicar formación preparada por expertos, y si existen problemas acompañantes se debe consultar a un médico o terapeuta.
Las actitudes familiares juegan un papel importante en el proceso de tratamiento de los trastornos del aprendizaje. El niño está en la escuela, centro de rehabilitación o cuidado privado. La educación que recibe en la primera institución educativa debe continuar paralelamente en la familia. Debe haber coherencia y cooperación entre la familia del niño, el maestro y el psicólogo.
Las familias de niños con problemas de aprendizaje deben exhibir las siguientes actitudes:
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Si detecta signos de dificultades de aprendizaje en su hijo, se puede realizar una intervención temprana y garantizar un diagnóstico temprano. Para ello, busca apoyo de un experto para identificar qué tipo de trastorno del aprendizaje tiene tu hijo.
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No olvides que los trastornos del aprendizaje no tienen nada que ver con la inteligencia.
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Haz que tu hijo sienta que estás ahí para él, que lo comprendes, que es valioso y acércate a él con una actitud compasiva frente a las dificultades que enfrenta. experimenta en la escuela y en su vida social. Comuníquese con él verbal y emocionalmente.
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Descubra las fortalezas de su hijo en lugar de criticar sus debilidades. Centrarse en las cosas que hace mejor y apreciar esos aspectos hará que su hijo se sienta mejor y lo distraerá de su autopercepción negativa.
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No espere que su hijo realice actividades que exceda su capacidad, anímelo a hacer lo mejor que pueda. Apóyelo.
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Cuando le asigne una tarea, pídale que haga primero la forma más simple de esa tarea y asegúrese de que él progresa haciéndolo más difícil paso a paso con tu ayuda.
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Cuando el niño aprenda a hacer estas habilidades por sí solo, reduce gradualmente la ayuda y apoya su independencia p>
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Apoye la curiosidad intelectual de sus hijos permitiéndoles hacer preguntas, escuchándolos y dándoles explicaciones.
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Cada niño es único y especial, no lo compares con otros niños para no debilitar su confianza en sí mismo.
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No olvides que el desarrollo de tu hijo necesita tiempo en el nivel deseado y tenga paciencia.
Los niños con necesidades especiales a menudo también tienen habilidades especiales, como perseverancia, sensibilidad, resiliencia y paciencia. Estas habilidades son mucho más importantes que memorizar perfectamente el alfabeto o copiar letras. Todos los niños progresan, pero este progreso Su frecuencia y magnitud varían de persona a persona. Para desarrollar el sentido de confianza en sí mismo del niño, se deben apoyar sus puntos fuertes.
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