Sabemos lo que podemos hacer cuando sentimos que necesitamos apoyo experto para nuestro propio bienestar espiritual. Pero, ¿qué podemos hacer cuando nos damos cuenta de que alguien a quien amamos o cercano a nosotros necesita esto? Especialmente si no es consciente de sus necesidades, las ignora, o considera que recibir apoyo es una debilidad, etc. Si es así, ¿qué podemos hacer?
El voluntariado es fundamental en las terapias. El camino a recorrer con un cliente que no acude voluntariamente a la sala de terapia es difícil y muchas veces no progresa.
No tenemos ninguna posibilidad de superar la dificultad de nadie por él, y en este punto sólo podemos ayudar a la persona que necesita apoyo a darse cuenta de que necesita ir a terapia.
Entonces, ¿qué puedes hacer al respecto?
Tu primera prioridad debe ser hablar con tu familiar sobre este problema. Sin embargo, es importante que tenga esta conversación en un momento y entorno adecuados. Este tema no debe mencionarse, especialmente en momentos de tensión o durante una pelea. Es importante no sacar el tema delante de otros. Sería más saludable iniciar esta conversación en un momento en el que ambos estén tranquilos y solos.
Usar el lenguaje yo en lugar del tuyo durante la conversación, sentir empatía con él y acercarte. comprenderlo sin juzgarlo son algunas de las cosas que facilitarán este proceso.
También será útil expresar en un lenguaje apropiado los síntomas que observa cerca de usted y por qué aparecen. preocuparte. Si tiene problemas que te cuenta, puedes expresárselos y decirle que crees que sería beneficioso para él consultar a un terapeuta en este momento.
También sería útil informar a su familiar sobre la posibilidad de acudir a un psicólogo. Acudir a un psicólogo es un signo de debilidad, etc. Exprese que no tiene síntomas y que el terapeuta no lo juzgará. Durante este proceso, también puedes brindarle información sobre el experto que conocerá y ayudarlo a conocerlo. O pueden hacer juntos una investigación experta y animarlo a tomar su propia decisión.
Sería saludable no forzar a nadie durante todo este proceso y dejarlo solo con sus propios pensamientos por un tiempo. Lo más importante es que confrontarás al terapeuta diciéndole que vas a otro lugar. No debes jugar y nunca engañarlo.
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