La hipoglucemia reactiva es una afección en la que el páncreas secreta más insulina de la necesaria tras el consumo de una comida, lo que provoca una caída excesiva del azúcar en sangre. La hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre) puede ocurrir espontáneamente en algunas personas, incluso cuando no se consumen alimentos. Aunque la resistencia a la insulina (niveles de insulina superiores a lo normal en ayunas y/o completo) es el principal trastorno que causa hipoglucemia reactiva, hipotiroidismo (función tiroidea lenta), insuficiencia de la glándula suprarrenal e insuficiencia hepática, también puede provocar hipoglucemia reactiva o agravar la condición en alguien con hipoglucemia reactiva.
La hipoglucemia reactiva en la mayoría de los casos se desencadena por el consumo de grandes cantidades de azúcar refinada y carbohidratos. Estos nutrientes, como todos los alimentos consumidos, se absorben y se mezclan con la sangre después de ser digeridos. Sin embargo, en personas propensas a la hipoglucemia reactiva, cuando se consumen estos alimentos, se produce un rápido aumento del azúcar en sangre y el páncreas secreta grandes cantidades de insulina. El exceso de insulina también reduce los niveles de azúcar en sangre por debajo de los niveles normales. Esto provoca la secreción de hormonas como la adrenalina, la hormona del crecimiento, el cortisol y el glucagón, que ayudan a elevar el nivel de azúcar en sangre a la normalidad. Cuando este ciclo ocurre repetidamente, el equilibrio del azúcar en la sangre se deteriora cada vez más.
La hipoglucemia reactiva puede ocurrir con varios síntomas. Estos síntomas pueden variar de persona a persona y también pueden variar dentro de un individuo con el tiempo. Un grupo de síntomas son los provocados por la liberación de adrenalina cuando baja el nivel de azúcar en sangre: palpitaciones, pánico, ansiedad, temblores, sudoración y dolor abdominal.
Además de estos síntomas basados en la adrenalina, el segundo grupo de síntomas también puede ocurrir si no llega suficiente azúcar al cerebro: como fatiga, dolor de cabeza, debilidad, debilidad temporal en memoria, confusión y ataques epilépticos. . Además, en personas con hipoglucemia reactiva también se pueden observar dolencias crónicas como insomnio, irritabilidad, dolores musculares, depresión y trastornos digestivos.
El tratamiento más importante para la hipoglucemia reactiva es la nutrición, son los cambios. Se deben restringir los alimentos que contienen carbohidratos refinados, como el pan blanco y la bollería (elaborada con harina blanca). deberían adoptarse y, si es posible, abandonarse por completo. Además, se debe limitar el consumo de cafeína y alcohol, ya que pueden agravar los síntomas de la hipoglucemia reactiva en algunas personas. Dado que las mermeladas, la miel, la melaza, los zumos de frutas y los refrescos de cola contienen altas cantidades de azúcar procesada o sin procesar, también se debe reducir su consumo. Aunque la fructosa (azúcar de la fruta), que se encuentra especialmente en las frutas, no afecta tanto el azúcar en sangre y la secreción de insulina como la glucosa, puede provocar diabetes y sus complicaciones a largo plazo. Por este motivo, se debe restringir el consumo de fructosa no sólo por hipoglucemia reactiva, sino también por salud general. Una persona puede descubrir si tiene hipoglucemia reactiva consultando a un médico y aplicar métodos de diagnóstico y tratamiento junto con su médico.
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