El efecto de la pandemia de Covid-19 en la psicología humana y sus recomendaciones

El coronavirus es un tipo de virus que está en la agenda mundial. Crisis de la Corona (Covid-19); Puede afectar a las personas de muchas maneras diferentes: física, emocional, económica, social y psicológica. Como crea problemas fisiológicos y aumenta día a día, las personas experimentan reacciones y efectos psicológicos extremadamente negativos. Debido a que nuestra generación es más numerosa que nunca antes y tiene una dimensión global, puede afectar psicológicamente a las personas en gran medida. En este caso lo que más me hace pensar es:

“¿Me contagiará? “

“ ¿Qué debo hacer para evitar infectarme? “

“ ¿Cómo debo prestar atención? “

“ ¿Qué métodos funcionan? “

“ ¿Me recuperaré si me infecto? Crea pensamientos y preguntas ansiosos de muchas maneras, como “. El hecho de que las personas estén expuestas a mucha información verdadera o falsa sobre Covid-19 en las redes sociales ha provocado que todas las personas entre 7 y 70 años se vean afectadas mentalmente. Los artículos e imágenes compartidos sobre el Covid-19 no sólo provocan estrés, miedo, ansiedad y pánico en las personas, sino que también aumentan los pensamientos negativos, los problemas nutricionales y las fobias. Por esta razón, el Coronavirus afecta psicológicamente tanto a las personas no infectadas como a las infectadas. Situaciones como alejarse de las multitudes, ansiedad al utilizar el transporte público, incapacidad para concentrarse en el trabajo, ansiedad que experimentan los trabajadores de la salud al estar expuestos a muchos casos, incapacidad para conciliar el sueño por la noche y no poder salir del día. es decir, estar constantemente alerta, afecta negativamente a las personas.

Es posible que se produzcan algunas reacciones psicológicas ante situaciones tan repentinas e inesperadas. Durante este período epidémico, situaciones como la alteración de la vida rutinaria, el cambio repentino de orden, el aplazamiento de expectativas, metas y resultados, o su desperdiciamiento o alteración pueden conducir a una percepción traumática. Las personas pueden experimentar sentimientos como ansiedad, diversos tipos de depresión, cambios de humor, intolerancia, inquietud, impotencia, shock y negación en situaciones traumáticas. Se puede decir que estos sentimientos no se experimentarán al nivel de una enfermedad, a menos que sean exagerados y persistentes, y pueden ocurrir temporalmente.

Durante la epidemia, las personas pueden experimentar pánico. Pueden desarrollarse trastornos como frialdad, agorafobia (espacios llenos de gente), claustrofobia (espacios cerrados), depresión, ansiedad (ansiedad, ansiedad) y trastorno obsesivo-compulsivo (obsesión).

Covid-19 Ansiedad, Cómo afrontar Estrés y Recomendaciones

Aún no hay suficiente información científica sobre la epidemia. Es bastante comprensible que la gente haya querido estar informada y preparada desde el estallido de la epidemia, y estar constantemente expuesta a información angustiosa y angustiosa en la prensa y en las redes sociales puede aumentar la ansiedad y causar dificultades para afrontarla. Especialmente cuando la contaminación de información en las publicaciones de las redes sociales alcanza un nivel incontrolable y hay falta y contradicción de información sobre cualquier tema, las mentes de las personas, que ya están llenas de diversas preocupaciones, pueden llenarse de malos escenarios. La información especulativa basada en este rumor puede provocar desesperación y aumentar la ansiedad. Por este motivo, debemos visitar la web del Ministerio de Sanidad para estar informados sobre el coronavirus.

Acceder a información precisa sobre el virus puede ayudar a aumentar la sensación de control y reducir la ansiedad. Debemos ver las noticias de forma que podamos controlarlas en determinados momentos del día.

Es importante apoyarnos unos a otros en el cuidado de nuestra salud física y mental siendo conscientes de nuestras emociones. Hablar nos permite comunicarnos con la otra persona o personas además del contacto físico, y esto nos ayuda a transmitir nuestras emociones. Dado que el virus afecta profundamente nuestras vidas, compartir tus sentimientos con tu familia o amigos te aliviará en estos momentos.

Mantén un sentido de esperanza, continúa pensando en positivo.

Cuídate de tu cuerpo. Procura consumir alimentos sanos y equilibrados, hacer ejercicio regularmente, mantener un buen equilibrio del sueño y descansar.

Evita y reduce el consumo de productos del tabaco, alcohol o drogas.

Creando nuevos rutinas para nosotros mismos en casa, debemos procurar que nuestra psicología no se vea afectada lo más negativamente posible. Normalmente tenemos pensamientos con los que soñamos pero que no podemos realizar debido a nuestra intensidad. No pudimos hacer esto porque no hemos tenido tiempo para mejorarnos, escucharnos o tener tiempo por un tiempo con un pensamiento optimista sobre este tema. Podemos centrarnos en lo que hacemos. Leer libros, hacer deporte, pintar, ver películas, cocinar, etc. Podemos añadir valor a nuestro tiempo con actividades.

Hablar durante este proceso será bueno para nosotros y también será bueno para las emociones de nuestros hijos. Comprender las emociones de los niños, hablar en consecuencia, jugar y realizar diversas actividades orientará el proceso en una dirección positiva. Al pasar tiempo con sus hijos, puede asegurarse de que continúen con sus hábitos sin distraerse de las clases. Puedes pasar tiempo de calidad con tu hijo y hacerlo valioso haciendo planes mientras te proteges de este proceso epidémico.

Otras precauciones que debemos tomar nuestros hijos y nosotros mismos es evitar conductas como abrazar, besar, sacudir manos. Debemos evitar hablar negativamente con quienes nos rodean y no debemos afectarnos unos a otros.

Debemos prestar atención a nuestra higiene personal y llevar desinfectante y mascarillas con nosotros.

Después de tomar todas las precauciones necesarias, estos métodos no deben aplicarse durante el período epidémico de Covid-19 y en caso de que no funcionen; Conductas severamente obsesivas, sentimientos extremadamente depresivos, fantasías de hacerse daño a uno mismo y a los demás, cambios importantes en el sueño y el apetito, comer en exceso, abuso de alcohol y sustancias, aislamiento exagerado del entorno social, arrebatos de ira, etc. Si se ve, se debe buscar apoyo profesional.

 

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