Debemos respirar para vivir. Aunque también podemos respirar por la boca, la respiración nasal es fisiológica. La nariz, que es el primer órgano del sistema respiratorio, garantiza que el aire se adapte al tracto respiratorio inferior, gracias a su estructura tan especial.
¿Cuáles son la estructura y funciones de la nariz?
Calentar, humidificar y filtrar el aire respiratorio, sólo es posible mediante respiración nasal. Las estructuras llamadas cornetes de la nariz son muy ricas en suministro de sangre. Gracias a la extensa red vascular que contienen, el aire que pasa alrededor de los cornetes alcanza la temperatura corporal cuando llega a la zona nasal. Una secreción nasal llamada moco se produce en células especiales ubicadas en los cornetes. Gracias al calor de los cornetes y la mucosidad, se crea un ambiente húmedo en la nariz. Las partículas de polvo y algunos microorganismos del aire que pasan por la nariz se adhieren a la mucosidad. De esta forma, el aire que va a los pulmones se vuelve limpio y húmedo.
Nuestra nariz tiene 3 tareas importantes durante la respiración: calentar, humidificar y filtrar el aire. Durante este procesamiento del aire respiratorio, nuestra nariz también se enfría, se seca y se ensucia. La cavidad nasal, que se vuelve fría, seca y sucia hasta cierto punto, se cansa. Esta situación es percibida por el sistema nervioso central gracias a las conexiones nerviosas. A través de vías reflejas, la cavidad nasal cansada descansa y la otra cavidad nasal se vuelve más activa. Así, aunque seguimos respirando ininterrumpidamente por la nariz, en realidad una cavidad nasal está bloqueada: está en período de reposo y la otra cavidad nasal está funcionando. Este ciclo, que consiste en el funcionamiento secuencial de las fosas nasales, se denomina ciclo nasal.
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