Aunque la mayoría de los quistes renales son quistes simples, siempre se debe tener en cuenta la posibilidad de cáncer en algunos de estos quistes.
La ecografía juega un papel importante en el diagnóstico de los quistes renales. Y normalmente eso por sí solo es suficiente. Algunos de los quistes conllevan un riesgo de cáncer, y algunas pistas de la ecografía indican al médico que examine este tema con más detalle. Los quistes simples generalmente se tratan con seguimientos ecográficos periódicos antes de que alcancen un cierto diámetro. Se puede considerar la intervención quirúrgica cuando el quiste crece más de 5 centímetros de diámetro y causa dolor o hipertensión debido a su ubicación. El quiste renal se puede operar de forma abierta o cerrada dependiendo de su tamaño, estructura y ubicación. Hay dos tipos de cirugías cerradas. Extracción de líquido con una aguja o cirugía por vía laparoscópica.
Resumen: El quiste renal generalmente se diagnostica cuando se realiza una ecografía. Pero después de eso, se revisa al menos dos veces al año. Cuando crece o en casos de dolor y presión arterial se realiza intervención quirúrgica.
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