ANSIEDAD OCULTA EN LA ADOLESCENCIA

 
           Es importante que sus hijos reciban una buena educación, vayan a buenas escuelas, tengan buenas profesiones, tengan buena moral y buena personalidad, etc. Es el deseo común de todos los padres.
           Pero los padres deben hacerlo correctamente al guiar a sus hijos para que realicen estos deseos. Presión excesiva, crear ansiedad constante en el futuro en los niños, dibujarles escenarios de desastre si no estudian en las escuelas deseadas, enfatizar constantemente que no serán aceptados en la sociedad si no tienen la personalidad y la moralidad adecuadas, y causar que sus hijos tener muchas preocupaciones sobre su futuro y sobre sí mismos debido a las referencias que constantemente reciben del entorno en su cerebro, aunque no sea consciente de ello, esto aumentará la ansiedad y allanará el camino para muchos trastornos mentales que se presentarán durante la adolescencia y edad adulta. Aunque no les dictamos, nuestros hijos aprenden constantemente sobre las redes sociales, la televisión, la escuela, los maestros y las conversaciones que los rodean, cómo les afectará en el futuro no ir a una buena escuela, cómo incluso si entran en una escuela, la lucha por la vida será muy difícil entre muchos rivales, problemas en las relaciones con sexos opuestos, cómo ser aceptados en el entorno social, reciben e internalizan el sentimiento de que necesitan luchar por su futuro, etc., y experimentan mucho miedo sobre su futuro cuando aún son muy jóvenes. Y los miedos y ansiedades que comienzan en la infancia traen consigo diversos problemas psicológicos e incluso psicosis en el futuro. Y si los padres, es decir las personas en las que más confían y admiran, desencadenan en ellos estas preocupaciones, dan los primeros pasos para que el niño o adolescente se convierta en una persona ansiosa, enfadada, agresiva o retraída.
Además, la eficiencia académica de un niño que intenta aprender con ansiedad y miedo caerá por debajo de su capacidad normal. En otras palabras, se desencadenará la situación en la que los padres dicen "mi hijo tiene problemas de pubertad". Esto hará que los padres se vuelvan más agresivos y opresivos, y a medida que el padre actúa de manera agresiva y opresiva, el adolescente se volverá más problemático, es decir, comenzará un círculo vicioso. El mejor enfoque es investigar y practicar con ellos, leer libros juntos, tener horas de juegos y charlas en familia, encontrar formas de hacer que el aprendizaje sea divertido, darse cuenta de cuáles pueden ser sus preocupaciones y tratar de reducirlas. Todos los padres intentan ayudar a sus hijos a sobrevivir cuando están solos. Pero al hacerlo, es necesario mostrar al niño los caminos correctos, dándole el ejemplo sin preocuparle y dándole paz y placer sin dictarle. El resultado de ser testarudo con un adolescente siempre resulta en malestar para ambas partes. Lo más importante es ser un ejemplo para nuestros hijos. Porque sus primeros modelos a seguir son los padres, y un padre que no implementa el comportamiento que le dicta al niño nunca logrará guiarlo.
En lugar de un joven preocupado, ansioso, confundido, con diversos problemas psicológicos y propenso a la psicosis, un investigador feliz, pacífico y seguro de sí mismo. Deberíamos apuntar a criar a los jóvenes.
 

 

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