El acoso sexual es una violación no sólo de su cuerpo sino también de su espíritu

Si sufriste abuso en la niñez, es posible que lo recuerdes todo. Por otro lado, es posible que no tengas imágenes claras del abuso. Algunas partes de su infancia pueden ser vagas o confusas. Esto también puede estar relacionado con la forma en que afrontas la situación que te sucedió.
Es posible que tengas flashbacks. Sus recuerdos pueden ser tan fuertes que puede sentir como si estuviera reviviendo el abuso. Y lo que recuerdas puede crear en ti sentimientos de imperfección, inutilidad y vergüenza.
En los casos en que el abuso es muy extremo, la disociación puede conducir a la formación de personalidades múltiples. Es posible que haya pasado parte de su infancia disociado para afrontar el abuso infantil. Es posible que haya aprendido a disociarse, especialmente en el momento del abuso. Es posible que la disociación haya sido una forma de protegerse de esa situación y superarla. Es posible que en ocasiones experimentes estas rupturas en tu vida adulta.
 
Cualquier forma de acoso es una violación de sus límites. Significa que no se respetaron sus límites físicos, sexuales o espirituales. Significa que una persona que se supone debe protegerte, un maestro, un maestro, un miembro de tu familia, etc., ha comenzado a lastimarte a propósito. Y como niño, eres muy vulnerable.
 
 El abuso puede adoptar muchas formas, algunos pueden ser objeto de acoso sexual grave, mientras que otros pueden ser objeto de acoso sexual como tocamientos y caricias. A veces, es posible que el niño no comprenda completamente lo que está experimentando. Si lo que siente es incómodo, si el niño se siente incómodo cuando lo tocan, esto siempre se ve como abuso.
 
Los niños que son objeto de abuso generalmente se culpan a sí mismos. Una fuente de esta culpa es que el niño puede creer que permite, alienta o incluso disfruta el abuso. En la edad adulta, la persona aún puede seguir culpándose por este abuso. Sin embargo, es importante que la persona acosada sepa que no tiene ninguna responsabilidad.
 
El hecho de que ella haya dado su consentimiento para el abuso o haya sido influenciada sexualmente no la hace culpable de ninguna manera.
 
ERA UN NIÑO  

 y personas más grandes y más fuertes que él actuaban desafiando sus limitaciones. ¿Qué hará ese niño? No podía pasar nada, era sólo un niño.
 
El abuso sexual es una violación no sólo de tu cuerpo sino también de tu alma.
 
Cuando un extraño intenta acosar, el niño sabe qué hacer. Él pelea y pide ayuda. Sin embargo, cuando tal acción la realiza una persona con la que tiene un vínculo de confianza, no sabe qué hacer y se confunde. Con tal abuso, se le quita al niño la capacidad de confiar y creer en el mundo, en las personas y en sí mismo.
 
Recuerda que eras inocente, niño...  
 
Si no puede someterse a un tratamiento real y el mundo espiritual no puede rehabilitarse, la persona abusada seguirá siendo una persona sospechosa y poco confiable durante mucho tiempo. El resto de su vida, acompañado de privaciones emocionales. Puede que tenga que vivir

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