En su definición más simple, la obesidad es la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo. Como en casi todo el mundo, su frecuencia ha ido aumentando paulatinamente en nuestro país y se ha convertido en un importante problema de salud. En nuestro país hay aproximadamente 20 millones de personas obesas. Bursa es una de las ciudades donde la obesidad es más común en nuestro país. El desarrollo de la obesidad puede deberse a algunas enfermedades genéticas y hormonales. Sin embargo, en general, las principales causas de la obesidad son la inactividad y la alimentación poco saludable. Si las calorías ingeridas son mayores que las calorías gastadas mediante la actividad diaria, el cuerpo almacena el exceso de calorías en forma de grasa. El índice de masa corporal, utilizado en el diagnóstico de la obesidad, se calcula dividiendo el peso corporal en kilogramos por el cuadrado de la altura en metros. Si el índice de masa corporal es igual o superior a 25 kg/m2, la persona se define con sobrepeso, y si es igual o superior a 30 kg/m2, se define como obesa. Especialista en Endocrinología y Enfermedades Metabólicas Dra. Pınar Şişman dio información sobre el tema.
Las personas obesas tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, presión arterial alta, síndrome metabólico, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y algunos tipos de cáncer. Pueden producirse trastornos de la vesícula biliar, enfermedad del hígado graso, infertilidad, trastornos respiratorios, venas varicosas y problemas en las articulaciones óseas. Además de todos estos problemas, la obesidad puede reducir la calidad de vida provocando depresión, problemas sexuales, vergüenza y culpa. Como resultado, la persona puede desarrollar un bajo éxito laboral y un desapego de la vida social.
El tratamiento de la obesidad incluye dieta, ejercicio, cambios de comportamiento, medicamentos y tratamientos quirúrgicos. La parte indispensable del tratamiento es el adecuado ajuste de los hábitos alimentarios y de actividad física. Los programas dietéticos deben ser adecuados a la edad, la actividad física y el estilo de vida de la persona, y deben planificarse para cambiar los hábitos alimentarios a largo plazo. Se deben evitar programas dietéticos que requieran mucho gasto y preparación y que no sean adecuados al gusto de la persona. La actividad física debe incrementarse gradualmente, planificada según el individuo. Caminar a paso rápido, andar en bicicleta y nadar son los ejercicios más recomendados.
Además de las recomendaciones de dieta y ejercicio, los tratamientos farmacológicos deben usarse de manera eficaz cuando sea necesario, teniendo en cuenta el peso de la persona, la edad, las enfermedades adicionales y los riesgos de la obesidad. Se está haciendo. Estos medicamentos tienen efectos que suprimen el apetito o reducen la absorción de grasas en los intestinos al actuar sobre el centro del apetito en el cerebro. Sin embargo, debe ser iniciado y seguido por médicos especialistas capacitados. Debe saberse que los medicamentos, productos herbarios y tés adelgazantes que no están aprobados por el Ministerio de Salud y cuyo contenido no se conoce completamente pueden provocar graves problemas de salud.
El índice de masa corporal es de 40 kg/m2 y por encima o 35 kg/m2 y por encima y tipo 2. Se puede considerar el tratamiento quirúrgico en personas con enfermedades relacionadas con la obesidad, como diabetes e hipertensión grave. En pacientes planificados para cirugía, se debe investigar antes de la cirugía si la obesidad se debe a enfermedades genéticas u hormonales. La pérdida rápida de peso después de la operación puede provocar deficiencias de vitaminas y minerales. En presencia de enfermedades adicionales como diabetes, presión arterial alta, colesterol alto, es posible que sea necesario reducir o suspender las dosis del medicamento. Se debe realizar un seguimiento endocrinológico para evitar problemas de salud postoperatorios y prevenir el aumento de peso.
Leer: 0