La columna vertebral humana consta de 33 huesos llamados vértebras. Estas vértebras permiten que nuestro cuerpo se mantenga erguido y se mueva fácilmente en todas direcciones. En la parte posterior de la columna, es decir, entre el cuerpo vertebral y las estructuras posteriores, hay una formación en forma de anillo a través de la cual pasa la médula espinal. Estos anillos protegen la médula espinal. La médula espinal, que está formada por tejido nervioso, proporciona comunicación entre el cerebro y otras regiones, como el cable eléctrico de nuestro cuerpo. Estos nervios proporcionan el funcionamiento de las manos, los brazos, las piernas y los pies, las funciones sensoriales, la respiración, el control de la orina y las heces (defecación).
Si un hueso se somete a más carga de la que puede soportar, ese hueso romper. Las fracturas por compresión de la columna son fracturas en las que el cuerpo vertebral se aplasta y adelgaza bajo presión. Entre el 5 y el 10 por ciento de las fracturas ocurren en las vértebras cervicales y el 70 por ciento en la espalda y las vértebras lumbares. La zona que se lesiona con más frecuencia es la parte más móvil de la columna, donde se unen la espalda y las vértebras lumbares.
Aunque puede verse después de un traumatismo leve, suele ocurrir debido a un traumatismo grave. La causa más común son los accidentes de tráfico. Las caídas desde altura, las heridas de bala y los accidentes deportivos se encuentran entre otras causas de traumatismos. Las fracturas de columna pueden ocurrir en pacientes con osteoporosis y tumores de columna incluso si ocurre el más mínimo trauma. La situación es más grave si hay daño a los nervios espinales. Estas fracturas pueden provocar una mayor pérdida de altura en el hueso con el tiempo, alterando la postura de la columna y, por tanto, del paciente, y provocando una condición jorobada llamada "cifosis". Es más común en mujeres posmenopáusicas debido a la osteoporosis. Es posible que las personas con osteoporosis a veces no puedan notar la fractura y vivan con un dolor moderado durante mucho tiempo sin que se note la situación.
Los pacientes con fracturas por compresión (colapso) en la columna requieren control físico del dolor restricción de actividades, uso de corsés y tratamientos que aumentan la densidad ósea. Se requiere cirugía en pacientes cuyo dolor no se puede controlar o cuyo colapso espinal se encuentra en niveles críticos. En cirugía se utilizan aproximadamente dos métodos. En el método llamado “mínimamente invasivo”, se coloca un relleno endurecido en el hueso (vertebroplastia, cifoplastia) mediante la inserción de agujas a través de la piel sin necesidad de anestesiar al paciente. Entre estas aplicaciones, la cifoplastia es un procedimiento de dos pasos. I Primero, se coloca un globo especial dentro de la vértebra rota y aplastada, y el globo se infla para elevar las paredes de la vértebra rota y permitir que la vértebra adopte una forma más normal. Posteriormente, el espacio creado por el balón se llena con una sustancia similar al cemento (cemento óseo, polimetilmetacrilato) para garantizar que la forma normal (corregida) sea permanente. La alineación y forma de la columna se puede corregir dando formas más normales a las vértebras. La cifoplastia se realiza a través de una pequeña incisión en la espalda. Se realiza en el hospital bajo anestesia local o general, según la gravedad de la afección. Todo el proceso dura aproximadamente una hora por cada vida corregida. El paciente es dado de alta el día de la cirugía o se le puede pedir que pase la noche en el hospital. Puede notar que el dolor desaparece dos días después de la cirugía. En algunos casos, los pacientes no son aptos para este tratamiento. En este caso, puede ser necesario fijar las vértebras con tornillos mediante cirugía abierta.
El síntoma más evidente de las fracturas por colapso de la columna es dolor en la espalda o en la zona de la cintura donde se produce el colapso. Síntomas comunes; El dolor de espalda repentino es un dolor que empeora al acortar la altura, la curvatura hacia adelante de la columna, ponerse de pie o caminar. En el diagnóstico de esta enfermedad, es posible que se requieran radiografías, tomografía o resonancia magnética después de la evaluación y examen de un médico. En algunos casos, la fragilidad ósea puede haber aumentado debido a un cáncer en el hueso y por tanto puede haberse roto. En los casos en los que se sospeche esto, se pueden realizar pruebas de imagen basadas en fármacos y biopsia ósea.
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