¿Por qué el trastorno de ansiedad generalizada desafía a las personas?

La característica más distintiva del trastorno de ansiedad generalizada es el estado de ansiedad excesiva y delirio, es decir, anticipación ansiosa, sobre muchos eventos o actividades casi todos los días, que continúa durante al menos seis meses.

En En la vida diaria todos experimentamos algunos problemas, podemos sentir cierta ansiedad ante eventos o situaciones, esto es completamente normal. Puede haber situaciones en las que no podamos terminar nuestro trabajo o tener prisa por llegar a una cita o evaluar las posibilidades. No sería correcto considerar esta condición como un trastorno de ansiedad, aunque las personas con trastorno de ansiedad generalizada no siempre definen su tristeza como "extrema", se quejan de que están constantemente angustiados, tienen dificultades para controlar su tristeza o que su funcionalidad en en el ámbito social y profesional se ve significativamente perjudicado. La persona no puede concentrarse en su trabajo debido a sus pensamientos tristes y preocupantes y no puede sacarlos de su mente. Las personas con trastorno de ansiedad generalizada pueden experimentar ansiedad y tristeza incluso por las tareas que todos realizamos en la vida diaria sin ningún problema. Por ejemplo, pueden preocuparse por los accidentes que les puedan ocurrir a sus hijos, llegar tarde a las citas o las tareas diarias relacionadas con la reparación del automóvil. Durante el curso de este trastorno, el foco de tristeza puede desplazarse de un área a otra. Una persona que inicialmente está preocupada por su cónyuge puede trasladar completamente sus sentimientos de tristeza y ansiedad a su hijo después de tener un hijo. En general, el trastorno de ansiedad generalizada suele aparecer junto con depresión, trastornos de ansiedad (como trastorno de pánico, trastorno de ansiedad social, fobia específica) y trastornos relacionados con el consumo de sustancias. Los dolores de cabeza o dolores musculares intensos que acompañan al estrés acompañan a esta situación.

Preocuparse es en realidad un proceso, si tratamos de entender este proceso, pasa a primer plano lo siguiente:

El proceso de preocupación Implica presionar tanto el pedal del acelerador como el del freno. Todas las situaciones intimidantes aumentan la ansiedad, en cambio, la ansiedad se reduce al centrarse en tomar precauciones o evitar todas las situaciones. Está bien tener a los dos juntos en caso de que surjan situaciones realmente malas, pero si no es así, preocuparse es agotador. La preocupación comienza con un desencadenante. Por ejemplo, si miras el reloj Tiene miedo de no poder completar la tarea que tiene entre manos. Este podría ser el acto de mirar un reloj o podría ser tu voz interior. Unos minutos de retraso de tu hijo pueden activar tu voz interior. Cuando se desencadena la preocupación, su mente queda atrapada en algunos pensamientos y crea algunas imágenes sobre el daño que sufrirá a causa de situaciones aterradoras. Es posible que se encuentre haciendo preparativos mentales para salir de esta situación. En este caso, la sensación es de impotencia y como si no pudieras controlar nada. Por supuesto, tu cuerpo sigue este proceso. Tus músculos se tensan, comienzas a experimentar espasmos, temblores, respiración acelerada y palpitaciones. Puede experimentar sofocos o escalofríos. Es posible que sientas una o más de estas situaciones al mismo tiempo. Nuestras sensaciones corporales nos obligan a actuar. O huimos de situaciones aterradoras, peleamos o nos congelamos. Entre las conductas evasivas podemos contar acciones como procrastinar, evitar, evitar, escapar y buscar apoyo.

Los comportamientos de lucha se pueden ejemplificar con acciones como verificar eventos varias veces y sobreprotección.

Las conductas de congelamiento incluyen todo tipo de comportamientos inhibidos, incluido el congelamiento sin hacer nada.

  El punto que no se debe olvidar es que estos comportamientos provocan pérdida de función, ya que no hay nadie que no esté expuesto a estas situaciones en la actualidad. El miedo y la preocupación son emociones humanas y, a menudo, son producto de un programa diseñado para mantenernos vivos. Entonces, ¿qué se debe hacer si estas emociones no nos hacen perder nuestra funcionalidad, pero nos resultan muy difíciles en la vida diaria? En primer lugar, es una cuestión importante cuán reales deben ser evaluados estos pensamientos producidos por tu mente. Por cierto, las personas ansiosas utilizan respiraciones más frecuentes y más cortas, encontrar formas alternativas de relajarnos mediante ejercicios de respiración puede resultar muy relajante en este proceso. Con la estructuración cognitiva, determinar qué y cuánto nos preocupa y cuestionar cómo lo interpretamos también será efectivo.

  Si haces todo esto y aún así no puedes deshacerte de la tristeza y la ansiedad intensas, debes consultar a un médico especialista y utilizar métodos de tratamiento adecuados. No olvidemos que esto es Es una situación que afecta directamente a nuestra salud física, y cuando nuestro cuerpo se siente estresado y presionado durante mucho tiempo, constantemente suenan las alarmas. Nuestro cuerpo responderá a esta situación como una enfermedad a largo plazo. El poder de la competencia de afrontamiento es una habilidad que todo ser humano tiene. No te subestimes a ti mismo ni a tu capacidad de afrontamiento...

 

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