"Pero no fue así al principio, sino que pasó después" "Pensé que mejoraría con el tiempo"
¿Cuál de estas te sonó familiar? Hablemos un poco de las relaciones complejas que más hemos escuchado últimamente, que empiezan bien y terminan con desilusión... Crees que necesitas mostrar tu color en la continuación del coqueteo/relación que empezó con excitación, y cuando muestra tu deseo de estar cerca compartiendo todo con él, que en realidad es todo lo que deseas, tu pareja de repente comienza a romper con la relación diciendo "no estoy listo". Luego vienen las interminables preguntas
"Por qué pasó así", "¿Hay alguien más", "Todo lo que dijo fue mentira" y lo que viene después de estos pensamientos es llamar/enviar mensajes muchas veces, ir a los lugares a los que fue esperando encontrarse, o ir a los lugares a los que fue, por el contrario, fingiendo ignorarlos… Si existen conductas para reconectar con tu pareja, de las cuales podemos poner innumerables ejemplos como este, ahora con calma deja de pensar en dónde te equivocaste porque no es tu culpa y cada acción que realizas es en realidad un “comportamiento reactivo”. Además, deja de enojarte y maldecir a tu pareja porque tampoco es culpa suya. Aquí se trata de ESTILOS DE ADJUNTO. El apego comienza con nuestros padres en la infancia y sienta las bases de las relaciones que experimentaremos en la edad adulta. Cada uno de nosotros tiene uno de los cuatro estilos de apego conocidos, pero el verdadero problema comienza cuando entramos en un camino sin conocer nuestro estilo de apego y el de nuestra pareja. Entonces, ¿cómo salimos de este círculo vicioso? El primer trabajo es aprender nuestro propio estilo de apego, y créeme, no hace falta ser un experto para ello. Hay muchos artículos, libros, escalas y tests que te ayudarán a concienciar sobre este tema, lo importante es un poco de curiosidad. Sin embargo, la manera de encontrar una relación que satisfaga sus necesidades es primero saber exactamente qué esperamos de una relación (intimidad, intimidad, confianza, etc.) y darse cuenta de que estos son en realidad nuestros derechos. El punto en el que nos centraremos aquí no es si la otra persona nos ama, sino si esa persona merece nuestra inversión emocional y, además, si puede darnos lo que necesitamos en la relación. Créame, una vez que empiece a cuestionarlos, usted y su relación Notarás muchas cosas más adelante.
¡Recuerda! No se trata de “los hombres siempre buscan lo mismo” o “las mujeres son muy difíciles de entender”, el secreto está en saber qué es lo que uno busca en sí mismo y en la otra persona.
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