El contacto se establece en la frontera entre la persona y el medio ambiente. No tener fronteras es un estado de entrelazamiento. Perls (1973, citado en Daş, 2014) explicó la interconexión dando un ejemplo a través de células. Todas nuestras células están separadas entre sí por una membrana, y gracias a esta membrana se determina qué aceptarán y qué rechazarán. Si nuestras células estuvieran entrelazadas, es decir, si se eliminara la frontera entre ellas, ninguna de ellas sería capaz de realizar sus funciones. A partir de este ejemplo, podemos decir que el estado de enredo del individuo y la desaparición de las fronteras impiden el contacto y por tanto la integración y el desarrollo.
El enredo puede darse entre las comidas, el trabajo, el hogar, la madre y el bebé, Se puede vivir con asociaciones y clubes, con la sociedad y con otra persona. Las personas que están involucradas con sus hogares se sienten desordenadas cuando su hogar está desordenado. Las personas comprometidas con su trabajo pueden trabajar muchas horas y sentirse bien cuando todo va bien. Una persona que está entrelazada con la sociedad; Se adapta a la situación, lo que provoca una pérdida de sí mismo. Percibe una palabra dicha a la comunidad a la que pertenece como si se la dijeran a él y no puede establecer límites entre él y la comunidad. Se puede citar como ejemplo a los fanáticos fanáticos que, al estar estrechamente involucrados con su propio equipo durante el partido, pueden percibir el comportamiento de los jugadores del equipo contrario o del árbitro como algo que les perjudica. La persona entrelazada es una figura paterna hacia la que se siente cercanía y apego emocional extremo; Puede ser pareja, hermano, mejor amigo y padre. Estar enredado con la sociedad o con otra persona indica que la autonomía y la individualidad no están desarrolladas. La persona prefirió entrelazarse y aferrarse antes que individualizarse o desarrollarse socialmente. Por ejemplo; Alguien que está entrelazado con su madre puede querer que su madre decida todo por él. Por poner otro ejemplo, le cuenta todo a su mejor amiga y espera que ella se lo cuente a cambio. Estas personas no creen que puedan sobrevivir emocionalmente sin el apoyo de los demás porque sienten que son una sola persona cuando están juntas. Sentirse como una sola persona, ser consciente de los propios pensamientos, sentimientos, deseos, necesidades y cuerpo. Hace que no suceda. Debido a su yo subdesarrollado, sienten la necesidad de integrarse con otra persona porque no pueden sentirse integrados dentro de sí mismos. Según Clarkson (1991, citado en Daş, 2014), la base de la necesidad de interconexión es el miedo a no ser amado, no querido y abandonado, y debido a estos miedos, la persona se aferra al otro. Poner límites a la persona con la que uno es introvertido se ve como algo incorrecto y la persona se siente culpable.
En el origen del entrelazamiento; Los padres no ven al niño como un individuo, lo perciben como una extensión de ellos mismos y, por lo tanto, toman decisiones en nombre del niño. No permiten que el niño se separe e individualice (Perls, 1973; citado en Daş, 2014). Los padres sólo aprueban y apoyan al niño cuando éste interactúa con ellos y se comporta como ellos quieren. No pueden tolerar los aspectos, pensamientos y deseos del niño que son diferentes a ellos (Dash, 2014). Propósito de la terapia; El objetivo es permitir al cliente ver los aspectos que son similares y diferentes de la figura paterna, desarrollar la capacidad de establecer límites y ayudar a que se produzca la separación. Se revelan los aspectos del individuo que son diferentes a la figura paterna, como sus pensamientos, opiniones y deseos, y los aspectos que son similares a la figura paterna. Se recuerdan las experiencias pasadas en las que sintieron que eran diferentes de la figura paterna y se les permite expresar sus verdaderos sentimientos a la figura paterna en la sala de terapia, y se realizan juegos de roles sobre el establecimiento de límites. La separación se logra estableciendo un diálogo entre el niño enredado/adherente y el adulto sano (Young et al., 2013).
Existe un cierto ritmo en las relaciones sanas; Continúa en forma de acercamiento, alejamiento, acercamiento de nuevo y alejamiento. Mientras el contacto se mantenga dentro de este ritmo, el entrelazamiento entre las personas es saludable y la separación se produce a medida que se satisfacen las necesidades. El reentrelazamiento también se puede vivir de forma saludable porque no hay nada que temer. Sin embargo, si una persona permanece en un estado de constante entrelazamiento, no puede experimentar el acercamiento y el encuentro nuevamente porque no puede alejarse. Se impide el contacto y donde no hay contacto no se puede hablar de integración y crecimiento. Daş (2014), la experiencia entrelazada del estar enamorado y subrayó la similitud entre el vínculo experimentado con la madre en el período temprano y el vínculo experimentado con la pareja en la edad adulta. Polster y Polster (1974; citado en Daş, 2014) afirmaron que el enredo puede ocurrir no solo con la persona enamorada, sino también en la relación amorosa, y que le da a la persona un sentimiento de pertenencia y seguridad.
Las relaciones en las que el entrelazamiento es poco saludable son relaciones que no permiten la individualidad, las diferencias y por tanto el enriquecimiento de la relación. Es inevitable que estas relaciones se vuelvan aburridas y monótonas porque se impide el contacto y por tanto desaparece la excitación. En conclusión; La parte más fuerte de la relación pone fin a la relación. Las personas que necesitan interconexión eligen socios fuertes y se sumergen en sus vidas. En tales relaciones, la pareja es la estrella, mientras que la persona entrelazada se convierte en un satélite en su órbita. La pareja fuerte es una figura paterna y elegir lo familiar es reconfortante para la persona, pero aquí es exactamente donde se alimentan los esquemas. Otro objetivo de la terapia es hacer que el cliente sea consciente de las elecciones de pareja y amigos que alimentan la necesidad de interconexión y contribuyen a su diferenciación, autoexpresión y contacto. Durante el proceso de terapia, el individuo se convierte en un individuo libre que puede reconocer y proteger sus propios sentimientos, pensamientos y necesidades, que cree que puede ser amado, admirado, aceptado y existir con todas sus diferencias, que puede respetarse a sí mismo y a los demás. por sus diferencias y quién puede mantenerse a sí mismo.
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