¿Puedo ser hipocondríaco? Probablemente haya alguien que se esté haciendo esta pregunta. Si atribuyes el ennegrecimiento que sientes al levantarte repentinamente de tu asiento al rápido cambio de la presión arterial, no temas, no eres hipocondríaco. La enfermedad es más común en personas a partir de los 20 años, tanto hombres como mujeres, con un nivel económico más bajo y rasgos de personalidad obsesivos y egocéntricos. Las personas diagnosticadas como hipocondríacas no creen a los médicos y afirman que tienen una enfermedad grave, aunque no tengan ninguna enfermedad física. En base a esto, la persona a menudo consulta a los médicos y le preocupa que su salud se esté deteriorando o se deteriore. Por ejemplo, una persona que siente que su corazón late rápidamente y su respiración se acorta mientras sube o baja escaleras puede consultar a un médico, preocupada de tener un problema con su corazón o sus pulmones o un problema con su ritmo cardíaco. Aunque se afirma que no hay ningún problema y que la persona está muy sana como resultado del examen realizado por el médico, la persona no le cree y quiere acudir a otro médico. Incluso puede expresar que el médico no tiene éxito y no se preocupa lo suficiente por él. Cuando acude a otro médico y el médico muestra un comportamiento similar, desconfía de ambos médicos y quiere acudir a un tercer médico. La persona comienza a interpretar el documento a su manera, creyendo que los tres médicos le ocultan algo. Cuando a estas personas se les dice que no hay ningún problema físico y que necesitan ver a un psiquiatra, no lo creen y se niegan a acudir al psiquiatra. Incluso si acude a un psiquiatra, el objetivo no es recibir tratamiento, sino tratar de convencer al psiquiatra de que no existe tal cosa como un psiquiatra. Intenta convencer al médico y a sus familiares de que padece una enfermedad más misteriosa.
¿Cómo se trata? La actitud del médico es muy importante en el tratamiento de personas con enfermedades. Estas personas están aterrorizadas de tener una enfermedad grave porque no pueden evitar pensar que es real, pero no es real. Por lo tanto, no se deben negar las molestias físicas que describen. En particular, avanzar sin cambiar de médico también evitará una táctica constante. � Además de los tratamientos médicos, será igualmente eficaz recibir apoyo del proceso de psicoterapia. Sin embargo, el hecho de que estas personas crean que el problema que están viviendo es físico hace que el proceso terapéutico se vuelva muy difícil y sea rechazado. Tratar de llamar la atención de las personas hacia la vida diaria en lugar de hacia sus cuerpos también permite que el proceso avance más rápido. En general, pedir a estas personas que realicen acciones como llevar un diario les permitirá observar la relación entre la aparición de síntomas y eventos estresantes. Al mismo tiempo, estas personas pueden sentir enojo y frustración hacia sus familiares porque acuden con frecuencia al médico y no obtienen resultados. Por este motivo, es normal que sus familiares piensen que hizo ese tipo de cosas a propósito. Lo que hay que saber es que estas personas definitivamente no están haciendo ningún truco y sus miedos son reales. Los familiares del paciente Hatalik deben comprender el miedo que siente y mantenerse alejados de enfoques acusatorios. Al mismo tiempo, lograr que estas personas se concentren en el momento presente y hacer que se beneficien de métodos como técnicas de respiración más relajantes también puede ser eficaz para que la persona se sienta mejor durante este proceso.
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