En el artículo de hoy, ¿cómo explicarle el concepto de muerte a un niño que perdió a un familiar en el período concreto que dura hasta los 11 años? ¿Y cuáles deberían ser las actitudes de los padres sobre este tema? Examinaremos los temas.
La muerte es quizás uno de los puntos más reales de nuestra existencia. Lo único que todos podemos saber con seguridad en la vida es que algún día moriremos. Si bien es bastante difícil encontrarle sentido existencial incluso para los adultos, pensarlo desde los ojos de los niños requiere una perspectiva diferente.
El niño del período concreto percibe la realidad en su forma más visible, audible y sentida. . Por eso todo lo que se enseña y se vive se transmite de forma concreta, como si fuera parte de la naturaleza. La muerte es uno de los conceptos más abstractos que percibirá un niño.
La existencia de la muerte puede despertar en ocasiones sentimientos de culpa en el niño. Para evitarlo es necesario evitar evitaciones (no contestar, negar la existencia de la muerte, decir “está durmiendo”, etc.) que provocarán confusión en el niño. Sin embargo, es necesario evitar confrontaciones duras antes de que el niño pueda entender la situación y la emoción actuales. (“Se ha ido”, “Ya no existe”)
En tal situación ¿cómo le explicamos la muerte al niño?
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El padre o cuidador debe hacer esto primero. Se deben hacer esfuerzos para no decírselo a los profesores que trabajan en la escuela ni a familiares lejanos.
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Esta situación se explica al niño en los términos más claros y comprensibles posibles. A este respecto también se pueden dar ejemplos de muertes de plantas o animales que ocurren en la naturaleza. (Las plantas son seres vivos que parecen hermosos a nuestros ojos. Viven, se marchitan, cambian y mueren. (Se puede dar un ejemplo para todos los seres vivos).
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El cambio es una parte de la naturaleza. (El sol sale durante el día, el sol se pone por la noche, las orugas se convierten en mariposas.)
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Todo tiene un principio y un final. Cada día alguien nace, cada día alguien muere. Cuando alguien muere, su cuerpo ya no funciona. Ya no respira, su corazón se detiene. Ya no piensa ni siente. Ya no come, no satisface sus necesidades y no duerme. Las personas pueden morir por muchas razones: algunas porque son demasiado mayores, otras porque están demasiado enfermas. Debido a que están heridos, algunos pueden morir debido a situaciones inesperadas.
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En este proceso, puede tener en cuenta todas las emociones y cambios emocionales del niño y continuar dando explicaciones en consecuencia.
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“¿Qué tienes en mente en este momento?” Es una buena pregunta para entender los pensamientos del niño.
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Si te hace una pregunta sobre un tema que no sabes, puedes decirle "No lo sé, pero Lo investigaré."
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Los cuentos y documentales infantiles también son herramientas que pueden ayudar en este sentido.
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Preguntas de los niños debe ser respondida, esto demuestra que están tratando de darle sentido a la situación, pero la respuesta que damos debe consistir en expresiones breves y claras.
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La situación de vivienda del niño no debe ser cambiado repentinamente. En la medida de lo posible, uno debe tratar de continuar la vida que tenía antes de la muerte.
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Dado que la etapa concreta del niño todavía no puede entender lo suficiente las cuestiones abstractas, explicaciones como "Él "Fue al cielo", "Él nos está mirando") hacen que el niño se confunda. Es posible que haga más preguntas sobre estos temas y que no los comprenda completamente. Llevar estas explicaciones antes de los 12 años puede preocuparle.
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“El duelo es una respuesta normal a una situación anormal.”
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Duelo. Durante este período, actividades como llevar un diario o un diario del difunto, cultivar plantas para él, hablar de él y transmitir los recuerdos que vivió pueden ser beneficiosas para que el niño atraviese este proceso. de forma saludable.
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Si no lo quiere no se le debe llevar al funeral, pero esto puede variar dependiendo de la reacción psicológica y el temperamento del niño.
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Normalizar la situación y decir que todos extrañan al difunto garantizará que el niño no se sienta solo.
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Asegurar que el niño expresar sus emociones tanto como sea posible es muy efectivo en tal situación. Para ello, pregunte junto con el niño: "¿Qué siento ahora?" puedes jugar el juego. Por ejemplo; Se dibujan en una hoja de papel caras felices, enojadas, tristes y asustadas y se les pregunta: "Dime la emoción que sientes y luego eliges". Dependiendo de la elección del niño, se habla del niño y se abordan sus inquietudes.
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El proceso de duelo es un proceso que no involucra sólo a la familia, en este sentido se debe recibir apoyo desde la escuela y es necesario ser sensibles a los problemas que que el niño pueda tener (como morderse las uñas, enuresis).
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Siempre es útil contar con el apoyo de un experto durante este período.
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