Hay una membrana llamada "Dura" debajo del hueso del cráneo que protege el cerebro.
Si hay sangrado entre el hueso del cráneo y la duramadre (por encima de la duramadre), esto se llama sangrado epidural. Si el sangrado ocurre debajo de la duramadre, se llama sangrado subdural. El sangrado epidural y subdural ocurre después de un traumatismo craneoencefálico.
El sangrado epidural generalmente ocurre después de un traumatismo craneoencefálico grave y si hay una fractura en el hueso del cráneo. Dado que esta fractura daña una vena, se produce un coágulo sangrante en el área epidural. Si este coágulo es grande, ejerce presión sobre el cerebro y causa síntomas como debilidad, ataques epilépticos y pérdida del conocimiento en el paciente.
El sangrado subdural, como se mencionó anteriormente, son sangrados que ocurren bajo la Dura. Hay tipos como crónico y agudo. La hemorragia subdural a menudo puede ocurrir en pacientes de edad avanzada después de traumatismos craneales que son demasiado menores para que el paciente los recuerde. En el sangrado subdural, a diferencia del epidural, es posible que los síntomas no aparezcan de inmediato. A veces los síntomas pueden aparecer meses después del trauma. En estos pacientes, el sangrado, que inicialmente es pequeño, se acumula con el tiempo debido a los altos niveles de proteínas en la sangre, y como el cerebro comienza a encogerse en las personas mayores, se ven más afectados por esta situación que las personas más jóvenes. Generalmente, 2-3 meses después del impacto, pueden manifestarse deterioros en el estado neurológico del paciente, como entumecimiento en brazos y piernas, pérdida de fuerza, parálisis y alteración del habla.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Sangrado epidural y subdural. Son comunes a ambos el sangrado, la presencia de una masa de coágulo y el aplastamiento del cerebro. Si este coágulo no se elimina, crecerá gradualmente y ejercerá presión sobre el cerebro, provocando la muerte del paciente. Por lo tanto, si hay síntomas después de un traumatismo craneoencefálico grave, se debe realizar una tomografía.
La tomografía comprueba si hay sangrado o fracturas óseas. En ocasiones, cuando se realiza la primera tomografía, el sangrado puede no ser visible porque es fino, pero si los síntomas comienzan a aparecer después de 4-5 horas, es necesario repetir la tomografía. Por lo tanto, las personas que han sufrido un traumatismo craneoencefálico grave deben permanecer en observación en el hospital durante un tiempo.
El único tratamiento para ambos tipos de hemorragia es la cirugía. Una vez que el problema se resuelve con cirugía, el paciente Si no hay daños permanentes en la persona debido al trauma, puede llevar una vida normal.
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