La artritis reumatoide (AR) es la enfermedad inflamatoria de las articulaciones más común. Comienza con la inflamación del tejido (membrana) llamado "sinovio" que recubre la superficie interna de las articulaciones y puede causar daño a cartílagos, huesos, tendones (vigas) y ligamentos. La enfermedad progresiva puede afectar tanto a los órganos internos como a las articulaciones. Generalmente afecta a más de una articulación y es duradero (crónico), pero también pueden ocurrir largos períodos silenciosos entre ataques. Esta enfermedad, cuya causa se desconoce, puede variar mucho de persona a persona. Generalmente es una enfermedad de adultos jóvenes y de mediana edad y es 3 veces más común en mujeres que en hombres.
¿En qué se diferencia de otras enfermedades de las articulaciones?
La característica más importante que distingue la artritis reumatoide de otros reumatismos articulares son algunas pruebas de laboratorio y a qué articulaciones afecta. La AR suele afectar muchas articulaciones de la muñeca y la mano, pero las articulaciones más cercanas a las uñas (excepto el pulgar) no se ven muy afectadas. Por el contrario, en la osteoartritis (calcificación) y el reumatismo inflamatorio que se desarrolla debido a la psoriasis, estas articulaciones cercanas a la uña se enferman.
Las articulaciones del codo, hombro, cuello, mandíbula, cadera, rodilla, tobillo y pie también pueden verse afectadas en la AR. La afectación de otras partes de la columna además del cuello es rara. A menudo, las articulaciones de ambos lados del cuerpo se enferman al mismo tiempo. Por lo tanto, si varias articulaciones de la mano derecha están hinchadas, lo más probable es que también haya hinchazón y movimiento limitado en las articulaciones de la mano izquierda.
¿Cuál es la causa de la artritis reumatoide?
El sistema inmunológico está deteriorado en la AR. Nuestro cuerpo percibe su propio tejido como extraño y comienza una guerra contra él. Las células inflamatorias se acumulan en las articulaciones y estas células secretan sustancias (enzimas, anticuerpos, citoquinas) que dañan los tejidos.
¿Los genes desempeñan un papel?
La AR no es una enfermedad genética que se transmite directamente de padres a hijos. Sin embargo, la susceptibilidad a la AR puede transmitirse a través de genes. Se ha demostrado que un marcador genético específico llamado HLA-DR4 está presente en muchos pacientes con AR.
¿La infección inicia la artritis reumatoide?
Muchos investigadores y médicos piensan que la infección puede desempeñar un papel en la aparición de la AR, pero no se ha demostrado. No es un trabajo. La AR no es una enfermedad infecciosa. Se supone que un microbio muy común en el medio ambiente causa la enfermedad al alterar el sistema inmunológico en personas predispuestas a la AR.
¿Cuáles son los síntomas de la AR?
La AR puede variar mucho de persona a persona. En casi todos los pacientes, los síntomas articulares fluctúan pero continúan de forma crónica. En algunas personas, la enfermedad tiene un curso más leve; Sólo hay ataques ocasionales. En algunos casos, progresa de forma más grave y causa daños progresivos con el tiempo.
Si tiene la enfermedad de AR, tendrá aumento de temperatura, hinchazón, sensibilidad, enrojecimiento y dolor en las articulaciones afectadas. Es posible que sienta dificultad y rigidez en los movimientos de sus articulaciones, especialmente en las horas de la mañana. A esto lo llamamos rigidez matutina. Una duración prolongada indica que su enfermedad está activa. Descubrirá que, en general, se siente mejor durante el día. Si su enfermedad dura mucho tiempo, pueden ocurrir deformidades en sus articulaciones.
La AR puede causar debilidad general, especialmente durante los ataques. Puede causar disminución del apetito, pérdida de peso, a veces fiebre leve, disminución de la energía y anemia. Aproximadamente el 20% de los pacientes pueden desarrollar durezas llamadas "nódulos" debajo de la piel en áreas del cuerpo que están expuestas a la presión. Aunque a menudo puede ocurrir en el codo, también se puede observar en otras partes del cuerpo, incluso en órganos internos.
¿Cómo se diagnostica la AR?
Es muy importante diagnosticar la AR en una etapa temprana. Porque iniciar el tratamiento durante este período mantiene al mínimo el daño articular permanente. Para diagnosticar la AR, el médico debe realizar una historia detallada y realizar un examen físico. Es posible que se soliciten ciertas pruebas de laboratorio y exámenes de rayos X. La positividad de la prueba denominada "factor reumatoide" apoya el diagnóstico. Entre otros hallazgos de laboratorio se encuentran una velocidad de sedimentación globular alta y una hemoglobina baja (anemia). No hay que olvidar que estas pruebas son sólo orientativas. El diagnóstico definitivo se realiza evaluando al paciente en su conjunto por parte del médico.
¿Cómo se trata la AR?
Actualmente no existe un tratamiento definitivo para la AR. Los métodos utilizados tienen como objetivo aliviar el dolor, reducir o detener la inflamación y el daño articular y mejorar las funciones y la calidad de vida del paciente.
La farmacoterapia en la AR se puede dividir en dos grupos:
1. Fármacos de acción corta para aliviar los síntomas.
2. Fármacos de acción prolongada .
Todos estos medicamentos deben controlarse a intervalos regulares; Tiene efectos secundarios como niveles bajos de células sanguíneas y cambios en los riñones y el hígado. La mayoría de estos efectos se controlan ajustando el tipo de medicamento y sus dosis. Es de gran importancia que el paciente sea consciente de este tema.
El tratamiento se planifica específicamente para el paciente; En esto se priorizan la gravedad de la enfermedad, los problemas de salud que la acompañan y las características y necesidades individuales. El descanso es la parte más importante del tratamiento de los pacientes con AR. Se recomienda el reposo de las articulaciones afectadas, especialmente durante los períodos de inflamación aguda. Excepto en el período agudo, los ejercicios equilibrados cuando el paciente se siente bien son beneficiosos para el paciente.
Se pueden utilizar algunas herramientas y equipos simples llamados "férulas" para proteger las funciones de las articulaciones y prevenir sus deformidades. Las férulas son muy efectivas para prevenir deformidades. También puedes ayudar a prevenir deformidades siguiendo algunas reglas:
a. Tenga cuidado de utilizar las articulaciones grandes en lugar de las pequeñas al realizar el trabajo. Por ejemplo; Al abrir una puerta, empújela con el brazo, no con la mano, o al abrir un frasco, ábrala con la mano, no con los dedos.
b. Intente distribuir la carga entre varias articulaciones en lugar de una sola. Por ejemplo; Cuando levante un libro, sosténgalo con ambas manos, no con una.
c. Intente utilizar sus articulaciones en su posición más "natural". Evite agacharse y hacer esfuerzos excesivos. En algunos pacientes, es posible que sea necesaria una cirugía para corregir deformidades, reducir el dolor o hacer que las articulaciones sean utilizables.
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