Los niños quieren entender las reglas del mundo en el que viven y quieren saber cuál es su posición ante los ojos de la gente, hasta dónde pueden llegar, qué sucede cuando van demasiado lejos. A medida que crecen, quieren encontrar formas de medir sus mayores habilidades y capacidades. Los límites juegan un papel muy importante en este proceso de aprendizaje y descubrimiento, pero si los mensajes no son claros, las lecciones que los padres intentan dar pueden volverse ineficaces.
Los límites respaldan la investigación de los niños. ¿Has pensado alguna vez que los niños son investigadores? Sí, todos son investigadores. Desde pequeños experimentan, hacen descubrimientos, recopilan información sobre lo que sucede a su alrededor y cómo sucedió. A partir de la información que han recopilado, desarrollan ciertas creencias sobre los límites.
Sin embargo, lo que se hace, no lo que se dice, es eficaz en la formación de estas creencias. Porque la investigación de los niños no está determinada por lo que se les cuenta, sino por lo que experimentan. En otras palabras, los niños aprenden con los ojos, no con las palabras.
Los límites determinan el camino de las conductas aprobadas. ¿Alguna vez ha viajado por una carretera con pocas o ninguna señalización? La gente se confunde mucho. No sabes qué dirección tomar. Si no hay señales que indiquen el camino, puedes tomar el camino equivocado y perderte. Los niños que intentan aprender el camino del comportamiento aprobado sienten lo mismo.
Mientras los límites estén claramente definidos y sean consistentes, es más fácil para los niños comprender y seguir este camino.
Los límites también definen las relaciones. Puede que los niños no sepan cuánto poder tienen en sus relaciones con los adultos y cuánto pueden controlar esa relación, pero sí saben cómo hacerlo. Hacen lo que van a hacer y empiezan a observar los resultados. A medida que interactúan con adultos a lo largo del día, exploran su poder y control mediante investigaciones. La mayor parte de esta investigación se realiza en casa. El hogar es como un lugar educativo que prepara a los niños para el mundo real. En este lugar de educación, los niños son estudiantes y nosotros somos maestros. Las lecciones que enseñamos establecerán los estándares para el comportamiento aprobado en el mundo exterior.
Muchas preguntas de investigación sobre las relaciones se responden cuando los niños se enfrentan a límites claros y comprensibles. y encuentran la respuesta. ¿Quién tiene el control aquí? ¿Hasta dónde puedo llegar? ¿Qué pasa si voy demasiado lejos?
Cuando a los niños se les da demasiado poder y control, tienen sentimientos exagerados sobre su influencia y autoridad. Los límites se vuelven borrosos y empiezan a experimentar más. Esto hace que se confundan y se involucren en luchas de poder con los adultos.
Los límites también brindan seguridad a los niños. Los niños esperan que sus padres actúen como padres. Necesitan que estemos decididos. Esperan y confían en que les establezcamos límites firmes y claros. Establecer límites respetuosos envía mensajes poderosos a los niños: “Soy tu madre, soy tu padre. Soy fuerte, soy capaz. Puedes confiar en mí, te mostraré el camino correcto”.
En resumen, los límites permiten que los niños se comprendan a sí mismos y al entorno en el que viven; Les da la oportunidad de explorar y aprender.
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