¿QUÉ ES LA IRA?
La ira es una emoción en nuestras vidas. Para reconocer las emociones y dirigirlas correctamente es necesario ser consciente de sus emociones. La ira también tiene efectos fisiológicos y biológicos. Cuando nos enojamos, nuestra presión arterial aumenta y nuestro ritmo cardíaco se acelera. Nuestros niveles de adrenalina y noradrenalina también aumentan.
Puede haber razones internas y externas entre las causas de la ira. Al igual que ocurre con los factores ambientales, la persona puede experimentar ira derivada de sus procesos internos. En este caso, la persona primero debe reconocer su enfado y conocer su origen. La forma de expresar la ira puede variar de persona a persona, pero puede manifestarse como reacciones instintivamente agresivas. La ira es necesaria en cierta medida para defendernos, una persona debe conocerse a sí misma para poder controlar su ira y proyectarla en la dirección correcta. Un problema de manejo de la ira no es un rasgo de personalidad ni un temperamento. La forma de reflexionar de cada persona puede ser diferente, pero es necesario controlar el punto en el que la persona se daña a sí misma o al medio ambiente. Cuando miramos los puntos de enojo, el enojo puede ocurrir cuando los deseos de la persona no se cumplen, cuando se lo impide, cuando se le hace daño, cuando se siente decepcionado, cuando se violan sus límites, cuando se siente inadecuado y solitario. Para poder afrontar esta situación la persona debe conocer el origen de su enfado y ser consciente de sus procesos internos, cuando se conozca el origen de su enfado será más fácil alcanzar las formas adecuadas de afrontarlo. La ira que no se deja salir puede reflejarse en culpa, depresión o ira dirigida hacia uno mismo.
También se pueden utilizar mecanismos de defensa para afrontar la ira. Puede aparecer como supresión, ignorancia, proyección. La persona que utiliza los mecanismos de defensa puede entonces transferir su ira de manera más destructiva en diferentes situaciones. En este caso, la persona tendrá dificultades para controlar su ira. La ira que no se expresa adecuadamente puede provocar síntomas físicos, los dolores de cabeza aparecen como quejas somáticas. A veces, cuando la ira se convierte en quejas físicas, también se convierte en causas como trastornos de ansiedad, depresión, conductas pasivo-agresivas y problemas de interés. Reflejar tu ira en sentimientos y pensamientos. Se expresará de forma más controlada. Otra forma es reprimir la ira y reflejarla en otra dirección o volver a sí misma, lo que puede dar resultados más graves. La ira también puede manifestarse en el comportamiento o puede causar consecuencias como dificultad para respirar, ataque cardíaco y autodirección. La ira que se presenta como destructiva, por otro lado, es la manifestación verbal y conductual de la persona de una manera perjudicial tanto para ella misma como para la otra persona. En este caso, la persona puede tener un problema de control de la ira.
El control de la ira se aprende desde niño y se puede desarrollar en edades posteriores. Es el funcionamiento de la región anterior del cerebro. Los traumas experimentados en la infancia y las actitudes equivocadas pueden impedir el control de la ira. Los traumas experimentados en la adolescencia y la edad adulta se manifestarán como ira hacia el mundo exterior o hacia uno mismo. Podemos definir a las personas con trastorno del control de la ira como la ira que surge de forma incontrolable cuando se enfrentan a un factor desencadenante que les arroja la ira, como la angustia, el estrés, la ira, así como aquellos que expresan su ira como un comportamiento destructivo y tienen rabietas.
< br /> ¿CÓMO ENFRENTAR UN TRASTORNO DEL CONTROL DEL ÁNGULO?
Hacer frente a la ira no es ignorarla. Lo que se experimenta es una emoción y se puede iniciar sabiendo cuál es la fuente de esta emoción. Así es como una persona puede lidiar con este problema después de conocer la verdadera fuente de la ira. Separar las emociones también es un elemento importante; Detrás de la emoción que se manifiesta en forma de ira, puede haber tristeza, culpa, arrepentimiento. La ira saldrá a reprimir estos sentimientos. La persona debe aceptar y darse cuenta de las emociones negativas que experimenta, hablar pensando y estar sola en los momentos de enojo es necesario para que la persona comprenda y refleje sus emociones correctamente. Las personas que no pueden controlar su ira por sí solas pueden gestionar este proceso de forma más controlada contando con el apoyo de un experto.
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