La salud y seguridad del bebé son los aspectos más importantes a la hora de diseñar la habitación. Por este motivo, conviene valorar en este sentido las características de todos los productos que utilizaremos en la habitación, hay que elegir la habitación. Además, para un sueño sano y confortable, es importante disponer de una habitación fácilmente controlable y a una distancia que no moleste al ruido.
Un grado que mide la temperatura ambiente y un medidor de humedad que detecta la humedad ambiental son elementos que no deben faltar en la habitación del bebé. Se recomienda que la temperatura ambiente ideal para los bebés esté entre 20-22°. La temperatura ambiente cálida hace que su bebé sude, lo que impide un sueño tranquilo. Se debe tener cuidado de que la cuna no esté cerca de los núcleos del calentador. Además, los microorganismos de la habitación se multiplican más fácilmente cuando hace calor. Si está en una habitación demasiado fresca, su bebé pasará frío y aumentará la posibilidad de que se enferme. Sin embargo, la humedad de la habitación también es importante para la salud del bebé. La humedad ambiental ideal debe estar entre el 40 y el 60 %. La baja humedad en la habitación provocará sequedad en las vías respiratorias del bebé y congestión nasal. Esto puede impedir que su bebé duerma tranquilo, pero puede causarle enfermedades frecuentes. Puedes humidificar el aire seco con el humidificador de la habitación de tu bebé. La alta humedad, por el contrario, facilita la reproducción de microorganismos y ácaros del polvo doméstico en el ambiente.
Los colores brillantes y llamativos que se utilizan en la pintura de las paredes pueden cansar los ojos de su bebé. Por eso, los colores principales que utilizarás en la habitación deben ser colores pastel con un efecto calmante. Además, por razones de salud, se deben preferir pinturas para paredes naturales y a base de agua en lugar de pinturas al óleo.
Si es posible, la fuente de luz que utilizarás para iluminar la habitación del bebé deben ser lámparas de araña led cuya dosis se pueda regular, fijadas desde el techo y de no grandes dimensiones. Se puede preferir la luz en un color diurno que no sea demasiado brillante y no canse la vista. La distribución de la luz en la habitación debe ser uniforme. Encienda la fuente de luz ya que puede tener consecuencias peligrosas. Los botones a y de cierre deben estar en un punto donde los bebés no puedan llegar, con funda y sin cables.
Los muebles que utilizarás en la habitación deben tener cuidado de no tener bordes afilados y puntiagudos, y si es posible, deben estar montados en la pared para que el niño no pueda caer. él. La calidad de la pintura de estos productos debe ser alta y se deben utilizar tintes naturales, no sintéticos.
Tu bebé normalmente estará solo en su cuna, por lo que debe ser completamente ambiente seguro. Las caídas son la lesión más común asociada con las cunas. Los lados de la cama (barandillas) deben ser lo suficientemente altos (al menos 60 cm) para que su bebé no salte de la cama cuando crezca. Las caídas más comunes se producen cuando el bebé intenta trepar. Por lo tanto, mueva a su hijo a otra cama cuando tenga una altura de 90 cm o cuando la altura de la barandilla sea inferior a tres cuartos de su altura (aproximadamente a la altura del pezón del bebé). La separación entre las balaustradas de la cuna no debe ser inferior a 2,5 cm ni ancha a 6 cm. Los espacios estrechos pueden provocar que las manos y las piernas queden pellizcadas, mientras que los espacios anchos pueden hacer que estas extremidades sobresalgan o se atasquen en la cabeza. La cama que utilizarás debe ajustarse perfectamente a la cuna y no debe haber espacios donde alguna extremidad del bebé pueda quedar atrapada. Nunca fije nada que esté asegurado con un chupete o un cordón a ninguna parte de la habitación o a los lados de la cuna, ya que esto puede representar un peligro de asfixia.
La alfombra no es apta para suelos debido a su estructura que recoge microorganismos, acumula polvo y absorbe la humedad de la habitación. Los suelos de mármol o cerámica pueden crear problemas de calentamiento con sus estructuras frías. El suelo laminado es el suelo más adecuado debido a su estructura de madera natural, su facilidad de limpieza y mantener el suelo caliente.
Los colchones para bebés no deben ser ni demasiado blandos ni demasiado duros, al contrario creencia comun. Un colchón duro cansará los músculos de su bebé y dificultará que se duerma. Las camas que son demasiado blandas para enterrar el cuerpo del bebé no proporcionarán las condiciones de desarrollo saludable que necesitan los huesos y pueden provocar que no pueda respirar porque su cabeza puede quedar enterrada cuando se acuesta boca abajo. Por el mismo riesgo, una almohada en la cuna� Nunca se debe utilizar, se debe acostar al bebé sobre una superficie plana. Por ello, el colchón más adecuado es un colchón de firmeza media. Idealmente, si la cama está hecha de productos naturales. Debes prestar atención a que la cuna tenga poros de aire para garantizar el equilibrio térmico y al mismo tiempo prevenir fenómenos como la sudoración o el frío.
Asegúrate de que la funda nórdica, funda de almohada, manta, edredón y demás productos textiles que utilizarás no sean sintéticos. Los más saludables son los productos confeccionados con tejido de algodón que no sudan. Sin embargo, no se deben utilizar edredones ni mantas gruesas.
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