El hígado, que es el órgano más grande de nuestro cuerpo y el más eficaz para llevar a cabo eventos metabólicos, es muy importante para nuestra salud. Por tanto, debemos prestar atención a la salud de nuestro hígado. La enfermedad hepática con mayor incidencia en la sociedad es el hígado graso. Los estudios han demostrado que el 25% de los adultos tienen hígado graso. Como máximo el 10% de una célula hepática normal está compuesta de grasa. En el hígado graso, esta tasa supera el 10% y se observa una acumulación excesiva de grasa. Estas grasas acumuladas son en su mayoría triglicéridos y provocan cambios estructurales y funcionales en el hígado como consecuencia del hígado graso. El hígado graso es causado por el consumo de alcohol, pero también se puede observar en personas que no consumen alcohol. La inflamación del hígado graso que ocurre en personas que consumen alcohol se llama hepatitis alcohólica. El hígado graso, que también se puede observar en personas que no consumen alcohol, se conoce como hepatitis grasa no alcohólica (EHNA).
Si bien la causa principal es el consumo de alcohol, otras causas del hígado graso son; Obesidad, uso de altas cantidades de vitamina A, pérdida rápida de peso, embarazo, algunos medicamentos utilizados, enfermedades relacionadas con trastornos metabólicos.
El hígado graso se diagnostica mediante análisis de sangre o ecografía. El diagnóstico se realiza cuando las enzimas hepáticas (SGOT, SGPT...) están elevadas en los análisis de sangre y se observa que el hígado está agrandado en la ecografía. El otro método es la biopsia hepática.
Tratar la enfermedad del hígado graso no alcohólico es más fácil que tratar la enfermedad del hígado graso alcohólico. La progresión de la enfermedad se puede prevenir y tratar con una nutrición cuidadosa. En este punto la alimentación es muy importante. Puntos a considerar en el tratamiento nutricional:
El factor que más daña el hígado es el alcohol. Con el consumo de alcohol, las toxinas se acumulan en el cuerpo y estas toxinas dañan las células del hígado. Las células hepáticas dañadas pueden causar enfermedades irreversibles. Para la salud del hígado es importante evitar o minimizar el consumo de alcohol.
Despojos, carnes grasas, carne picada, piel de pollo, etc. Estos alimentos tienen un alto contenido de grasa animal. Se debe evitar el consumo de alimentos ricos en grasas animales y colesterol. Se debe evitar el consumo de productos delicatessen como salchichas, salami y soudjouk.
Las verduras y frutas tienen un alto contenido en fibra. strong>Por eso se consumen frescas a diario, por lo que se debe incrementar el consumo de frutas y verduras. Hay estudios que demuestran que la alcachofa ayuda a eliminar sustancias tóxicas del hígado. Por lo tanto, aumentar el consumo de alcachofas será importante para la salud del hígado.
Se debe evitar una dieta excesivamente alta en carbohidratos y azúcar. La miel tiene un efecto fortalecedor sobre el tejido hepático con la sustancia colina que contiene. Por esta razón, es importante utilizar miel en ciertas cantidades en el programa de nutrición.
Aumentar los alimentos que contienen antioxidantes en el programa de nutrición contribuirá al tratamiento. En este punto es muy importante poner color a las mesas y aumentar el consumo de frutas y verduras.
Los alimentos envasados y preparados contienen altos aditivos y conservantes. Estas sustancias crearán una carga para el hígado y afectarán su salud. Por este motivo, se deben preferir los productos naturales y evitar los alimentos preparados envasados.
También es muy importante prestar atención a la actividad física. Debes hacer de la actividad física tu estilo de vida combinándola con tu programa de nutrición saludable.
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