Antes de iniciar la terapia manual, es fundamental evaluar las situaciones absolutamente indeseables. Junto con muchas enfermedades sistémicas, muchos problemas locales constituyen situaciones que no deberían tratarse. Los métodos de terapia manual sólo se pueden aprender con una práctica prolongada bajo la supervisión de un especialista experimentado. Aquellos que no tienen suficiente experiencia al intentar la terapia manual pueden resultar en problemas irreversibles. Cánceres, enfermedades óseas sistémicas, trastornos hemorrágicos, fracturas y enfermedades que progresan con pérdida progresiva de fuerza constituyen grupos importantes que no deben realizarse.
La aplicación no se puede realizar en articulaciones completamente congeladas, ni se puede realizar en los casos en los que exista excesiva holgura en las articulaciones. No es seguro hacerlo en presencia de desgarros, esguinces, discapacidades congénitas, dolores articulares provocados por reumatismo inflamatorio y osteoporosis grave. Los médicos especialistas en fisioterapia y rehabilitación, neurología y ortopedia son las mejores personas para decidirse por las aplicaciones de terapia manual, ya que son expertos en la evaluación del sistema musculoesquelético.
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