Hay un dicho que dice: "Un sastre no puede coser su propio hilo". Significa que la experiencia de uno puede beneficiar a otros pero no a uno mismo. Esta es exactamente la situación que viven los psicólogos/terapeutas.
Mucha gente piensa que los psicólogos, debido a que tienen conocimientos teóricos sobre la psicología humana, no tienen problemas en su vida diaria y pueden resolver fácilmente todos los problemas. A menudo escuchamos en las sesiones: "Supongo que no tienes esos problemas". De hecho es todo lo contrario, un terapeuta ideal es aquel que como todo ser humano tiene problemas en la vida diaria, tiene problemas del pasado, pero es consciente de ellos, intenta solucionarlos, recibe el apoyo necesario para ello, y lo más importante, no permite que estos problemas se reflejen en sus clientes en sus sesiones.
Veamos las situaciones más comunes por las que los terapeutas necesitan terapia.
En primer lugar, antes de convertirse en terapeuta, deben pasar por un proceso terapéutico y tomar conciencia de su mundo interior. experiencias pasadas, traumas y procesos subconscientes y necesitan comenzar a resolver los problemas que necesitan ser resueltos. Si esto no se considera, es posible que el terapeuta confunda sus propios procesos internos con los problemas planteados por los clientes en las sesiones, no pueda centrarse lo suficiente en el problema del cliente y no pueda ser objetivo, por lo que el beneficio para el cliente disminuirá. En terapia, los clientes tienen algunas transferencias hacia sus terapeutas, y los terapeutas también tienen transferencias hacia sus clientes. Freud introdujo los conceptos de transferencia-contratransferencia, y según la escuela psicoanalítica de la que Freud fue fundador; Antes de convertirse en terapeuta, existe la condición de pasar por terapia. Hoy en día existen algunas escuelas de terapia que requieren pasar por su propio proceso terapéutico para poder ser terapeuta, y sólo de esta manera se puede obtener una licencia.
Por otro lado, sentarse en la silla del cliente antes de sentarse en la silla del terapeuta; También es una buena oportunidad para ver cómo es ser cliente. Es muy importante para el desarrollo de habilidades de empatía experimentar la dinámica de ser cliente y lo que se siente, no sólo teóricamente sino también prácticamente.
La terapia es un trabajo solitario la mayor parte del tiempo y puede provocar que el terapeuta se aísle socialmente. Aunque es un terapeuta que ama su trabajo y tiene una sensación de satisfacción espiritual, al final del día puede experimentar una sobrecarga psicológica debido al contenido de las sesiones o pueden haber situaciones en las que se deje desencadenar por su propio mundo interior. . En este caso, es muy importante que el terapeuta conozca sus propios límites y busque ayuda cuando tenga dificultades, tanto para él como para sus clientes.
En resumen, los terapeutas deben recibir apoyo terapéutico de vez en cuando tanto antes de iniciar la profesión como durante su práctica. Los terapeutas son humanos y no perfectos como todos los demás, pueden experimentar agotamiento o tener clientes con los que no pueden ayudar, y pueden sentirse menos útiles o inútiles en las sesiones de vez en cuando. Lo importante es ser consciente de estas situaciones e intentar superarse.
Leer: 0