Enfermedades observadas durante las transiciones estacionales y formas de prevención

Hay un centro en el medio de nuestro cerebro donde los reguladores de temperatura regulan la temperatura corporal. Este centro aumenta o disminuye la temperatura del cuerpo al sentir el calor exterior. Durante las transiciones estacionales, se producen cambios repentinos en muchos factores ambientales como la temperatura, la presión del aire, la carga eléctrica, el viento y la humedad. Estos cambios pueden alterar el equilibrio del cuerpo humano y provocar síntomas metabólicos y psicológicos. Sin embargo, estos hallazgos pueden variar de persona a persona. Si bien algunas personas pueden pasar por este proceso de adaptación sin darse cuenta, en otras pueden surgir problemas graves. Por ejemplo, las personas que están demasiado estresadas, excitadas y enojadas se sienten físicamente más débiles durante las transiciones estacionales. Como resultado, sus cuerpos reaccionan más rápidamente y son más susceptibles a enfermarse.

Los equilibrios psicológicos y hormonales también pueden verse alterados debido a cambios repentinos de temperatura y humedad durante las transiciones estacionales. Con estos cambios, es necesario reconsiderar los hábitos alimentarios y de sueño en función de las condiciones climáticas cambiantes y la duración del día. Como resultado de la fatiga y el estrés debido a las transiciones de clima cálido y frío, pueden ocurrir irregularidades en el funcionamiento de la glándula tiroides.

El clima frío y cálido somete a nuestro cuerpo a estrés. Esto puede debilitar nuestro sistema inmunológico y hacer que nuestro cuerpo sea más susceptible a muchas enfermedades. Los primeros órganos que entran en contacto con el medio externo son el tracto respiratorio superior, la piel y los ojos. Durante este período, las infecciones del tracto respiratorio superior son más comunes. Además de problemas fisiológicos como reacciones alérgicas e infecciones intestinales por el frío, el polvo y el polen, también puede provocar problemas psicológicos como depresión, insomnio, debilidad y desgana. Trastornos como el aumento de peso, la retención excesiva de agua en el cuerpo, los ataques de migraña, los trastornos digestivos, la caída del cabello y los desequilibrios hormonales son quejas comunes durante las transiciones estacionales. Por otro lado, las personas también pueden quejarse de dolores relacionados con el sistema musculoesquelético.

Las transiciones estacionales provocan cambios en nuestro equilibrio espiritual y en nuestro cuerpo. La disminución de las horas de sol y los días más cortos y el oscurecimiento más temprano provocan más emociones. Esta situación facilita que las personas caigan en depresión. Este nuevo estado de ánimo puede ser más pronunciado en algunas personas. Si bien es leve, en algunos puede volverse tan depresivo que les cause problemas en su vida laboral y privada.

El centro en el medio de nuestro cerebro, donde se encuentran los reguladores de temperatura, puede ser difícil, especialmente durante cambios climáticos repentinos durante las transiciones estacionales. En personas con enfermedades crónicas el centro de control de temperatura tiene dificultad y son más sensibles a los cambios de temperatura. Las personas en grupo de riesgo son las siguientes: Personas con diabetes, hipertensión, trastornos inmunológicos, enfermedades crónicas cardíacas, renales, tiroideas y pulmonares, personas mayores de 65 años, niños y mujeres embarazadas.

Usar protección personal mascarilla si tiene una enfermedad infecciosa como resfriado y gripe. Puede minimizar el riesgo de contaminación tomando precauciones simples como lavarse las manos y cubrirse la boca con el dorso de la mano al estornudar. Asimismo, para evitar una mayor transmisión, estas personas con enfermedades contagiosas deben ser aisladas de la sociedad recomendando reposo tanto por parte de los médicos como de los administradores del lugar de trabajo/escuela. Se debe buscar ayuda médica para evitar que las infecciones gripales, que en su mayoría son de origen viral, progresen y causen enfermedades más graves como sinusitis, otitis media, neumonía e insuficiencia respiratoria.

Las personas en el grupo de riesgo deben recibir vacunas contra la gripe y la neumonía. En los últimos años se ha observado que la geografía en la que se ubica nuestro país también ha recibido su parte de los cambios climáticos debido al calentamiento global. Como en años anteriores, las fechas de las transiciones estacionales ya no pueden determinarse con claridad. Como sufrimos dolorosamente el verano pasado, en períodos inesperados pueden producirse temperaturas inesperadas, fuertes lluvias repentinas e inundaciones. Además, la creciente diferencia de temperatura entre el día y la noche coge desprevenidos a nuestro cuerpo y al sistema inmunológico y los deja cansados, haciéndolos más susceptibles a las enfermedades infecciosas. Por lo tanto, el tiempo recomendado para vacunarse contra la gripe también varía. Por esta razón, para brindar la protección esperada de la vacuna contra la gripe, se debe tener en cuenta el calendario de vacunación que deben realizar cada año las juntas nacionales de salud autorizadas.

Cuando hace frío repentinamente, la temperatura El centro termorregulador necesita energía para mantener el equilibrio corporal. Por este motivo, es muy importante comer sano y regularmente, dormir y usar ropa adecuada a la estación durante las transiciones estacionales.

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